Chita está como la mona por muerte del yunta de Tarzán

"Chita", el tierno chimpancé que le enseñó a ponerse su primer taparrabito al rudo de Tarzán, se nos fue al cielo de los macacos.
El famoso mico, que actuaba de puro mono, fue recibido en el más allá por King Kong el 24 de diciembre, tras sufrir una insuficiencia renal a los 80 años.
La noticia fue difundida ayer por el refugio de animales Suncoast Primate de Palm Harbor, en Florida (paradero 18 1/2), Estados Unidos, donde el protagonista de las pelis del hombre de la selva vivió por más de 50 años.
"Es con un gran pesar que la comunidad ha perdido a un querido amigo y un miembro de la familia", difundió con tristeza el santuario.
El más popular de los Pan troglodytes gritó y gesticuló en las cintas Tarzán de los monos, de 1932, y Tarzán y su compañera, en 1934, películas que lo llevaron a la fama junto a Johnny Weissmuller.
Como muchas estrellas de cine, escondió su edad por mucho tiempo. Sólo con el paso de los años se pudo saber que nació un 9 de abril de 1932, transformándose en el simio más longevo del mundo.
DOLOR
En Chile, la noticia conmocionó a la comunidad animal y humanoide. La primera en mandar sus condolencias fue la gorila Monga.
El desconsuelo por su partida también la sintió el ex futbolista y seleccionado chileno en los '60 y '70 Humberto "Chita" Cruz, quien debe ese conocido mote gracias al célebre animal.
"Desde los 13 años que tengo ese apodo. Estaba jugando en el barrio y un suplementero que pasó me vio jugar y dijo que saltaba igual que la mona Chita (dicen que tenía mejor salto que Iván Zamorano). Es una lástima que ya no esté más", contó el defensa albo que alguna vez le bajó los pantalones a Pelé.
"Chita", el pelotero, no se perdía las pelis de Tarzán y reconoce que él era igual que el chimpancé: "Saltaba de un lado a otro".
Su muerte lo llevó a desempolvar sus mejores recuerdos del primate.
"Uno siempre en las películas lo veía como un animalito juguetón, no hacía ningún daño, mostrando sus dientes", afirmó.
- Chita amaba pintar con sus dedos y mirar fútbol, ¿tenían pasiones parecidas?
- Así es. Ojalá hubiera sido pintor, habría ganado mucha plata como el pintor Chita.
- Pero el chimpancé tenía su genio y te podía mandar a freír monos. ¿Usted es igualito?
- De repente soy igual. Aunque ellos son más peligrosos: de repente te pueden pillar con la guardia baja y te dan un mordisco, algo que yo no haría.
- ¿Cree que alguien podrá reemplazarlo?
- Siempre hay uno; puede salir otro, pero no será igual. Será el segundo y siempre será comparado.
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