A puro ñeque, sin plata de fondos científicos truchos y con la ayuda del google Earth, un chiquillo que todavía no termina la enseñanza media hizo lo que algunos bichólogos y amantes de los insectos jamás lograrán en toda su vida.

Con un sentido híper desarrollado de curiosidad, Arturo Castro (19) descubrió una nueva especie de "Escarabajo Gigante". El aporte científico es tan bacán, que la gracia saldrá en revistas científicas de reconocimiento mundial. Tal como lee.

AUTODIDACTA

La afición coleóptera del Arturo comenzó cuando era un pequeño saltamontes. Junto a su hermano agarraba cuanta polilla y barata había en el patio de su pobla, en Conchalí .

Con el pasar de los años el hobby se convirtió en pasión. El Arturo se memorizaba todos los nombres científicos de las especies. La que más le gustó fue el género "Macrodontia".

El año pasado, mientras buscaba en el Google Earth, metió coordenadas de Centroamérica. Con puro instinto insectívoro, pensó: "Tate, acá tiene que haber escarabajos gigantes".

Con más fe que certeza llegó hasta donde un compañero del cototo "Museo Itinerante de Insectos" para que realizara la búsqueda. A la vuelta del viaje, el compadre trajo cinco ejemplares más raros que gallina con escamas: Los bicharracos miden casi 12 centímetros.

Estudiando las especies, el Arturo cachó que no eran iguales. "Yo las buscaba por sus nombres, pero rasgos en las mandíbulas me hacían pensar que esta especie era desconocida", relata.

Para salir de la duda mandó ejemplares a Canadá e Italia. Meses después le llego un emilio de Giusseppe Marazzi, conocido como el Newton de la entomología. Le indicaba que había descubierto una nueva especie y que en su honor llevaría el nombre de "Macrodontia Castroi".

"Nadie me compraba hasta que llegó la carta de Marazzi", contó.

- ¿Y qué onda con el Conicyt?

- No nos ayudan en nada. Ojalá que después del descubrimiento nos tomen en serio.

Claudio Sanz S.