Max Stöckl es austríaco, tiene 45 años y arriba de una bicicleta el hombre es como Usain Bolt, pero con el bombín harto más corto que el grone.

Y su última hazaña la vino a escribir nada menos que al Desierto de Atacama, donde se pegó un descenso arriba de la "chancha" donde alcanzó nada menos que los 167 km./hora, o sea, más o menos a lo que iba Vidal cuando hizo mierrrr su Ferrari rojo furioso.

Sus sensaciones

"Es complicado porque todo está suelto y es muy rocoso al principio. Fue una travesía, pero una vez ahí, de pie, sentí ganas de llorar. Fue muy divertido", relató el chiflado, quien al momento de realizar el récord explicó lo que se aprietan los cachetes a esa velocidad.

"Cuando logras una velocidad de 160 km/hr, cada kilómetro logrado representa un enorme esfuerzo. Para que se puedan hacer una idea, es como sacar una mano fuera de un auto que está a 150 km/h. Esta fuerza tiene un gran impacto en la bicicleta y en el cuerpo entero", lo dibujó en colores.

Finalmente, el choro se mostró terrible japi por el porotazo. "Es difícil alcanzar la máxima velocidad. Después de 160, cada km/h es un gran esfuerzo. Si quieres alcanzar un objetivo determinado, tienes que darlo todo", cerró.