Los enanos de un jardín infantil de San Antonio pagaron el pato por culpa de un café con piernas que se les puso al lado.

Debido a la instalación del café, la encargada del jardín y sala cuna tuvo que cerrar el establecimiento My First Steps y a los cabritos no les quedó otra que pescar sus mamaderas y juguetes y mandarse a cambiar a otro establecimiento.

Los peques y sus tías se vieron en la obligación de mudarse porque uno de los reglamentos de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji) indica que “locales que atenten contra la moral y las buenas costumbres (no deben estar) a una distancia inferior a 200 metros”.

La administradora del jardín, Jennifer Cabrera, alegó que la medida no corresponde, ya que la sala cuna empezó a funcionar el 5 de septiembre del año pasado y el café Karibe fue inaugurado después.

"Yo me comuniqué con la gente de la Junji y me dijeron que si me venían a fiscalizar y veían que junto al jardín funcionaba un café con piernas me podían quitar hasta el rol del jardín. Por eso me recomendaban cerrarlo voluntariamente lo antes posible y así lo tuve que hacer", explicó Cabrera.

El café funciona en una céntrica galería de San Antonio, debajo del piso que ocupaba el jardín infantil y sala cuna.

La autoridad regional de la Junji confirmó a La Cuarta que existe el reglamento sobre el funcionamiento de locales gozadores, pero aclaró que la encargada del jardín podría haber apelado a la municipalidad para quedarse en el edificio.

“Como Junji jamás vamos a recomendar cerrar un jardín y respecto a este caso debo reiterar que la normativa sobre estos locales efectivamente existe. Si la dueña del jardín hubiese demostrado que cumplía con todo y que el café se instaló después, nosotros la habríamos apoyado”, dijo el encargado nacional de fiscalización de la Junji, Felipe Zase.

Los chiquillos del café Karibe no quisieron contar su versión del atado.