La muerte de Antares de la luz, Ramón Castillo, lejos de terminar con el capítulo de la secta que sacrificó a un recién nacido en un fundo de Colliguay, abre un montón de interrogantes a la investigación de lo que realmente sucedió esa noche.

Natalia Guerra, madre del lactante y quien cumple prisión preventiva, entregó una nueva versión de los hechos a su abogado, Claudio Pérez. Fue este profesional quien los dio a conocer y explicó que la joven estaba bajo mucha presión la primera vez que fue interrogada.

Sin embargo, el nuevo relato muestra nuevos hechos que favorecerían a los miembros de la secta y que dejan a Ramón Castillo casi como único responsable de esta macabra historia.

El detalle clave es el cambio en la fecha del rito donde se sacrificó al niño, pues al adelantarse en 24 horas, la defensa de Natalia podría alegar infanticidio en vez de parricidio. Esto significa que la pena máxima cambia de presidio perpetuo a 15 años de cárcel.

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Según Natalia, el líder de la secta, y presumiblemente padre de su hijo, ordenó a todos sus miembros retirarse del lugar donde el niño fue asesinado. Sin embargo, esta versión se contrapone con las primeras declaraciones que hicieron a la justicia los seguidores de Antares, quienes relataron que él los obligó a permanecer en el lugar bajo amenaza de golpes.

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En esta nueva historia, Pablo Undurraga y la recién parida esperaron a que Ramón Castillo terminara el rito, mientras el resto estaba en la casa del fundo Los Culenes. Esto no concuerda con la confesión de que el niño ardía mientras el grupo presente esa noche de noviembre consumía ayahuasca, alrededor del fuego.

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Según señaló a La Tercera el abogado defensor Natalia entregó el niño a las pocas horas y no supo más de él. En las horas siguientes a la detención de los primeros integrantes de sectas, estos manifestaron que habría sido Natalia la encargada de desnudar al pequeño para el sacrificio.

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La progenitora del declarado Anticristo desde su gestación y a quien llamaban "el adefesio", explicó que nadie vio el momento en el que el niño fue quemado vivo. Esto a pesar de que algunos miembros de la secta dieron una detallada descripción de como el niño fue silenciado, desnudado y finalmente fue puesto en una tabla que dieron vuelta para que cayera al fuego.

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En el inicio de este dramático caso, la fecha del sacrificio habría sido el 23 de noviembre, dos días después de su nacimiento en la Clínica Reñaca. Ahora Natalia revela que ella fue dada de alta el 22 al mediodía y fue trasladada a Mantagua, horas más tarde a Los Andes para terminar en Quilpué en el sector de Colliguay donde su hijo murió, lo que le permite reducir su pena en este hecho.

El supuesto recorrido que hizo Natalia, desde que fue dada de alta hasta el rito de sacrificio, es de 243 kilómetros los que toman casi cinco horas de trayecto.