Desde el 2022, un grupo de apoderados comenzó a denunciar que sus hijas sufren de abuso sexual y bullying dentro del establecimiento. Reclaman que el protocolo no se ha cumplido y que los supuestos agresores quedaron impunes.
No tuvo otra opción que cambiarla a otro centro educativo. Un padre, cuya hija cursaba octavo básico en el Colegio Los Nogales en Puente Alto, aseguró que la estudiante fue víctima de bullying y abuso sexual por parte de sus compañeros y que, pese a que denunciaron, no se hizo nada.
Todo comenzó el año 2022, cuando la niña “comenzó a manifestar sintomatologías inusuales en su estado de ánimo y comportamiento”, contó el apoderado Salomón Jara a El Dínamo. Después de buscar ayuda profesional, la diagnosticaron con depresión e ideaciones suicidas.
No fue hasta el 2023 que su hija reveló en una de las sesiones que “había sido tocada sin su consentimiento en sus partes íntimas por uno de sus compañeros, con golpes”. También indicó que a una compañera le había pasado lo mismo, pero ya se había ido del colegio.
Con el agresor identificado, inmediatamente Jara ingresó una denuncia a la Brigada de Delitos Sexuales de la PDI. Lo derivaron al Tribunal de Familia de su comuna y a la Superintendencia de Educación y el Poder Judicial determinó que la niña no podía tener contacto con el sospechoso.
El colegio acató la medida: cambió al niño de sección y determinó que tenga clases remotas. No obstante, él y otros apoderados consideran que no es suficiente. El mismo reglamento del centro educativo asegura que las “faltas de gravedad extrema” son sancionadas con expulsión o cancelación de matrícula.
Esto fue lo que pasó después.
Las graves acusaciones hacia el Colegio Los Nogales en Puente Alto
El Dínamo se comunicó con otro apoderado, cuyo nombre se ocultó. Su hija le confesó que “compañeros de curso intentaron abusar de ella en el baño del colegio” y que ya no quería ir más a clases.
Después de notificar el grave hecho a las autoridades del establecimiento, denunció que “al niño lo llevaron al psicólogo” y no se aplicó el protocolo de expulsión. “Esto quedó impune, en el colegio nunca dijeron que van a suspender al niño. Lo hablaron y después quedó ahí”.
Su hija también está con tratamiento psicológico. “La están basureando y el colegio está tapando toda esta situación, porque eso es lo que está haciendo, lo está tapando”, dijo.
Por su parte, la Superintendencia de Educación respondió que los antecedentes que entregaron “no acreditan la existencia de acoso u hostigamiento propiamente tal” y que mas bien obedece a “un problema de convivencia”.
Pero según las denuncias del padre anónimo y de Salomón Jara, las agresiones dentro del colegio perduran. “Amigos del agresor murmuran y dan a conocer que crearían una cuenta de Instagram a favor del agresor para hostigarla y que abandone el colegio. Mi hija al escuchar esta situación cayó en dos crisis emocionales de ansiedad”.
Otra víctima más fue la hija de Iván Puebla, quien le dijo al mismo medio que a raíz del bullying, la menor tuvo “dos intentos de suicido con dos hospitalizaciones”. El colegio determinó un “horario especial” donde entraba tarde, salía temprano y estudiaba sola, mientras los supuestos agresores seguían yendo a clases “como si nada”.
Lo más insólito, según Puebla, es que pese a que tuvo que sacar a su hija del establecimiento para protegerla, el psicólogo del Colegio Los Nogales, Sebastián Zapata, lo demandó por “negligencia”, ya que la estudiante no asistió a todas sus clases a raíz de las hospitalizaciones que tuvo en el período más crítico del acoso.
La audiencia se realizará el próximo 8 de julio de 2024 y el apoderado asegura tener todas las pruebas para demostrar que su hija tuvo una conducta “irreprochable” y que ahora, cuando la cambió de colegio, su comportamiento y salud mental mejoró considerablemente.
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