La columna de la psicóloga Dominique Karahanian sobre RRSS

Las redes sociales se están transformando en una suerte de otra identidad para las personas. Estamos configurándonos desde quién soy yo en la vida real, versus quién se es en la vida de las redes sociales.

Desde esta hipótesis, es importante analizar y darse cuenta de que la gente que se siente atrapada por estar conectada la mayor parte del día, es una consecuencia de esta doble vida.

Estas personas poseen un perfil más bien solitario, tienen dificultades para integrarse a grupos, a tener amigos.

Y en estas plataformas encuentran muchos seguidores que están de acuerdo, valoran y validan los contenidos que ellos están subiendo. Por lo mismo, entiendo, pero no empatizo, el por qué la "youtuber" Nasim Aghdam hiciera lo que hizo (tiroteo y posterior suicidio) en las oficinas de YouTube, en California.

Cuando uno revisa los perfiles de las personas que cometen este tipo de situaciones, vienen entregando con anterioridad síntomas, como en el caso de esta joven.

En definitiva, inmiscuirse tanto en la redes sociales se está volviendo bastante peligroso, y además común. O sea, las distintas plataformas sirven para diferentes propósitos.

Por ejemplo, Twitter, en general, avala el odio, y el tema del feminismo se ha radicalizado cada día más. Por otro lado, Facebook es una plataforma utilizada más por adultos y gente que uno conoce, por eso se cree que es más amigable. Por último, Instagram saca provecho de las imágenes, donde todos publican todo. Lamentablemente, de cierta forma, estamos perdiendo el control con respecto al poder de las redes sociales.

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