No existe castigo más terrible para un pitufín que usar lentes en la niñez. Los chicos más crueles se hacen el festín con apodos como "cuatro ojos", "Míster Magoo", "Harry Potto de botella" o "Carlitos de Rugrats", mientras el pobre chico, que no tiene la culpa de nacer con los ojos falleuques, se debe tragar la rabia y humillación.

Los que más sufren son los cabros chicos hiperkinéticos, quienes deben arriesgar un porrazo súper doloroso y la quebradera de cristales cada vez que juegan con los anteojos puestos.

Pero la tecnología avanza y en la actualidad los lentes de contacto pueden dar la mansa solución a los chiquirturris.

Ahora existen ojales para niños de cero a 10 años, del color que más le guste y sin necesidad de sacárselos todos los días. Esa onda.

MODA

Rodrigo Perondi es contactólogo y Manager de Bausch & Lomb para todo Latinoamérica.

El caperuzo aclara que la opción de lentes para los querubines no tiene nada que ver con moda, sino con atados a los ojales que pueden aparecer desde la tierna infancia.

"Se pueden usar en bebés con cataratas congénitas, miopía, hipermetropía o astigmatismo irregular. Los lentes de contacto son una buena opción porque evitan alteraciones del campo visual periférico y la diferencia del tamaño de la imagen entre ambos ojos producidas por los anteojos", dice.

- ¿Se pueden comprar de colores?

- No es lo más recomendable en el uso de corrección visual, salvo que el niño tenga una herida cortopunzante en el iris.

- ¿Se venden o no?

- Los padres se interesan mucho al saber que existen otras opciones, sobre todo para menores de 7 y 8 años. Eso sí, el uso dependerá de la enfermedad de cada niño.

- ¿Duele mucho ponerse los lentes?

- Para nada. Con lentes semi-rígidos las molestias eran mayores y costaba acostumbrarse, pero ahora existen lentes con tecnología de "Alta Oxigenación" que permite incluso tener los lentes puestos por treinta días y ni sentirlos.

PRUEBAS

Eso sí, chantar los lentes de contacto a los peques no es tan fácil.

Para que la cosa sea de lo más normal del mundo para el bebito, existe un entrenamiento que deja a los papis como expertos a la hora de poner el pedazo de plástico en la córnea.

En primer lugar, es necesario saber si el nene es apto para llevar los lentes bajo los párpados.

Si pasa la prueba, entonces lo papás se someten a un entrenamiento que tiene hasta técnicas de relajación.

A menor edad de uso de lentes, mayor será el acostumbramiento del chicoco.