Crónica

¡Con acupuntura y reiki puede dejar cochinos vicios!

"A los 15 años empecé a consumir alcohol y después cocaína esporádicamente. Estudié, trabajé y me casé. Ganaba un sueldo y trataba de hacerla piola. Pero hace cuatro años la droga me la ganó y lo perdí todo".

El testimonio de "Alejandro", a quien llamaremos así para proteger su identidad, es la típica experiencia del adicto al copete o las drogas. Este profe de 37 años y padre de dos hijos asegura que por culpa de la maldita caspa del diablo llegó a gastarse 400 lucas mensuales, perdió a su familia y apenas logró conservar la pega.

Precisamente su jefe le recomendó rehabilitarse en el Centro de Salud Mental y Educación "Misogi", en Providencia, que combina la medicina tradicional con una serie de terapias complementarias, como reiki y la acupuntura.

El recinto tiene un plan único en Chile de tratamiento ambulatorio integral para las adicciones, que mezcla ciencia y misticismo y atiende con bonos de Fonasa, isapres y particulares.

Genaro Cotta, psicólogo y coordinador de salud mental del centro, explicó a La Cuarta que el tratamiento une cuerpo y mate, con disciplinas como la siquiatría y sicología en conjunto con terapias de biomagnetismo, acupuntura, reiki y masaje terapéutico.

DE A POQUITO

"El proceso contempla varias etapas. En la primera trabajamos de forma individual, hacemos el diagnóstico y los pacientes tienen apoyo psiquiátrico con fármacos para enfrentar la abstinencia. Eso lo apoyamos con reiki y acupuntura", explicó Cotta.

En la segunda fase, los pacientes se desahogan y cuentan sus experiencias en terapias grupales. También tienen sesiones de biomagnetismo para espantar las malas vibras y masajes terapéuticos para botar las tensiones.

"Alejandro" reconoce que tras cinco meses de tratamiento "estoy mucho mejor, no fue necesario internarme, he vuelto a dormir y mi gran logro es estar recuperando a mi señora, que también está participando en el proceso".

Pese a que tras terminar la rehabilitación de seis meses los pacientes reciben el alta médica y un diploma, el terapeuta León Pascal asegura que las adicciones son una "enfermedad incurable, progresiva y mortal", por lo que el rehabilitado siempre debe estar atento a las señales de una posible recaída.

En "Misogi" están decididos a expandir su terapia, por lo que ahora chacharean con Gendarmería para llevar su tratamiento ambulatorio a las reclusas de la cárcel de mujeres durante el mes de enero.

Además, quieren llevar sus terapias relajantes a las piscinas públicas, para acercar estos métodos a la barra con menos lucas. ¡Grandes!

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