Si la construcción del estadio del Chuncho se pudiera dividir en etapas, poner el primer ladrillo vendría a ser uno de los últimos escalones tras un largo ascenso. 

Más allá de la intención de empezar con las obras en Laguna Carén dentro de un año, según lo soltado por Carlos Heller en abril pasado al momento de firmar el convenio de arrendamiento con la Universidad de Chile, no se ha vuelto a poner otra mosca entre las partes.

Eso recién ocurrirá a más tardar dentro de un mes, cuando se firme el contrato definitivo, por un lapso de 45 años y bajo un montón de cláusulas. Luego de eso, afirma Cristián Aubert, se presentará el anteproyecto a la Municipalidad de Pudahuel. "Se realizará una presentación, lo que permitirá que se tramite un permiso de construcción sujeto a ciertas normas", suelta el gerentísimo de Azul Azul.

Si bien en la concesionaria descartan poner fecha, el alcalde Johnny Carrasco tendrá en su cubil el detalle de la obra antes de fin de año, lo que dará pie a la parte más ruda: determinar la viabilidad del sueño azul, conforme a los estudios de mitigación vial y ambiental, además de atender las objeciones de la comuna.

Y en ese punto, apunta Carrasco, la mayor preocupación es qué pasará con los accesos. "Es lo más preocupante, la Ruta 68 ya está bastante fatigada. Si un partido coincide con un fin de semana largo, habrá gran congestión. Como es una iniciativa de privados, en ese caso tendrían que ver cómo financian una ruta alternativa", tira el edil.

En la "U" están al tanto del cachito, pero la billetera tiene un tope. "Dentro del presupuesto está contemplado un gasto de mitigación, eso siempre ocurre. Ahora bien,  si esa cifra llegó al 80% del total, habría algo que no cuadra. O en el extremo de que, pongo el ejemplo, nos pidan construir otra carretera a Viña, se limita el proyecto obviamente", lanza el gerente chuncho.Y agrega: "Hay una dinámica de evaluación, de corregir, que alarga los plazos. Pero hay información positiva, es el lugar indicado". 

Lo  otro tiene que ver con dejar feliz a la comunidad. Hay treinta familias que deberán ser erradicadas y en el concejo municipal hay posturas contrarias, como la de la concejala Mónica Sánchez (PS). "Esos terrenos eran del Estado, quien se los traspasó a la U. de Chile, que a fines del gobierno de Aylwin creó la fundación Valle de Lo Aguirre, que construiría en el lugar el parque científico-tecnológico más grande de Latinoamérica. Ese proyecto nunca se concretó y resulta que ahora, se pretende transferir un sector para que lucre un privado", dispara. Una pará parecida tiene su colega Gabriela Carrasco, hija del alcalde. "Esto no puede servir sólo para el usufructo privado, aunque debe entender que nuestro rol es fiscalizador. Es decir, se nos entrega el proyecto y si este cumple con la ley, debemos aprobarlo", larga.

¿La respuesta chuncha? Cambiarle el pelo a Laguna Carén, para el uso de los péndex del sector. “Queremos incluir a la comunidad. Es un parque público, pero se puede mejorar en el sentido de que tenga usos mayores, como circuitos de bicicleta y otros”, tira Aubert.

-¿Se la puede jugar con una fecha?

-No tenemos certeza. Analizamos los plazos en torno a nuestra mejor estimación, de manera personal tiendo a pensar que dentro de tres años estaremos empezando a construir, pero no sabemos con qué nos vamos a encontrar, si los estudios serán más complejos o ciertas cosas sobre el terreno. Haremos todo lo posible.