Sudor frío en manos y caracho, aceleración de la cuchara, falta de aire, dolor de pecho, náuseas, temor a perder el control, enloquecer o morir son algunos de los síntomas que pueden vivir quienes sufren crisis de pánico.

Aunque los síntomas sólo duran algunos segundos, minutos u horas, y pueden aparecer una vez en la vida, si se vuelven recurrentes, es indispensable consultar con un médico.

La doctora Gabriela Cerpa, psiquiatra de Vidaintegra, comenta que "en general, las personas que sufren este trastorno pueden vivir situaciones de mucho estrés y eventos traumáticos que se pueden asociar a patologías como la depresión, adicciones, abuso de alcohol, donde los pacientes pueden acostumbrarse a medicamentos como los ansiolíticos, o bien tienen agorafobia o fobia social".

Lo bueno, es que pa' los compipas que sufren esta pesadilla, existen terapias con medicamentos y terapias alternativas de relajación y ejercicios donde el paciente debe mentalizarse que es una situación puntual que provoca este trastorno.

Ahora quédese tranquilito, relájese y cache estos datitos pa’ controlar una crisis de pánico.

- Respire profundo, ojalá en una bolsa.

- Busque lugares lejos de los tumultos y aglomeraciones.

- Concéntrese en que nada acontecerá, y se trata únicamente de miedo. No es dañino ni peligroso, sólo desagradable.

- Fíjese en lo que le está pasando a su cuerpo en ese momento, no en lo que teme que podría llegar a ocurrir después.

- Espere y deje que pase el temor. No luche contra él.

- Cuando esté listo para continuar, comience despacio, en un estado de relajación. No es necesario correr ni esforzarse.