Debe haber pocas personas tan solidarias como Osvaldo Bustos, quien aceptó llevar el auto de un amigo a la revisión técnica sabiendo que demora caleta.

Pero el mecánico y procurador ignoraba que el lunes iba a estar en el taller Applus desde las doce del día hasta las nueve de la noche, y ni aún así iba a alcanzar a entrar.

La cola para ser atendido en la planta ubicada en Juan Cristóbal con Américo Vespucio, en Huechuraba, según Bustos, se prolongaba cinco cuadras hacia el norte, otras siete al poniente y media hacia el sur. "No avanzaba pero muchos autos entraban; fui a mirar adelante y vi entrar mucha gente por un costado, saltándose la fila porque habrían pagado", contó.

Ayer volvió y contó que "a mi pesar iba con la determinación de pasar de la forma incorrecta, le pasé 20 mil pesos a una persona que andaba dando vueltas y ya estaba listo en hora y media".

Bustos se comunicó con el diario pop para hacer público el asunto y partimos al lugar. Vimos una fila más larga que la hombría de Fabricio y conversamos con la pobre gente que llevaba esperando más de nueve horas.

La mitad dijo no tener idea de las coimas, el resto ratificó la denuncia y algunos acusaron a los vendedores de accesorios de autos de hacer las movidas.

En la planta, el gerente Luis Arellano Sanhueza mandó a decir que no habían recibido ninguna denuncia formal al respecto.