Cada vez que llega el invierno, Rafael se vuelve huraño, sale poco, habla menos y ni siquiera tiene ganas de ir a trabajar. Su médico tratante le dice que sufre depresión, la que se acentúa por la falta de sol. Pero ¿es eso posible?

Según Joana Klaber, sicóloga de Clínica Avansalud, "el cambio estacional es una de las múltiples causas de la depresión y tiene que ver con la pérdida de luminosidad junto con la llegada del invierno y la disminución de las horas de luz".

Este es un fenómeno que no sólo le ocurre a los chilenos y se puede dar también a la inversa. Basta con ver la película Insomnia, protagonizada por Al Pacino, quien sufre serios trastornos anímicos y de sueño al encontrarse en una zona donde hay sol 24 horas.

Sobre esto, la especialista agregó que "existen estudios científicos que han demostrado que la falta de luz influye en el equilibrio químico de los neurotransmisores del cerebro".

La llegada del invierno implica también más horas de encierro y un cambio de hábito alimenticio y hormonal. Si el desánimo afecta tanto a hombres como mujeres, éstas últimas pueden sufrir de mayores índices de depresión estacional debido al desorden hormonal, que en ellas es más evidente.