Pasándolo chancho arriba de un camión iba un grupo de 42 marranos, los que juraban de guata que iban de paseo en un auto feo, aunque realmente todo se trataba de un choreo de peso el cual seguramente iba a terminar con los animalitos en un plato como chuleta frita.

Entre los puercos afectados estaban los primos de Porky, Orson, la chanchita Piggy, Peppa Pig, Chanchomán y el Chancho Mortadela, los que minutos antes estaban revolcándose en el barro en una parcela del sector San Pedro, en Melipilla.

“A eso de las 10 de la noche una pareja de delincuentes ingresó hasta una parcela, donde maniataron e intimidaron con armas de fuego a un matrimonio, sus dos hijos y dos trabajadores que cuidaban a estos 42 cerdos, propiedad de una empresa. Una vez inmovilizados, subieron a los animales arriba de un camión y escaparon”, contó a La Cuarta el suboficial mayor José Luis Barría, de la Tenencia Carretera de Melipilla.

El punga, identificado como Sebastián Acevedo Ortiz (35), emprendió viaje a Santiago, mientras los chanchitos, ignorantes de su cruel destino, iban en la parte de la carga echando la talla moviendo las chuletitas de un lado hacia otro al ritmo de la inercia del vehículo; cuestión que tenía chato al chofer.

“A través de un control selectivo, personal de Carabineros fiscalizó este vehículo, el cual no pasó por el control de peso de camiones y luego le hizo el quite a un control policial, por lo que se inició una persecución”, agregó el poli Barría.

¡SE PICÓ, SE PICÓ!

Los 42 cerditos, que no superaban los cuatro meses y un peso que va entre los 40 y 50 kilates, tenían un tremendo carrete a todo ritmo en el camión, jugaban al limbo, a la botella y strip poker,  mientras los polis iban tras los pasos de los dos cuatreros por lo que el enrabiado conductor frenó de seco frente a un matadero, y los puerquitos al percatarse donde estaban se pusieron a chillar todos juntos: “¡Se picó, se picó!”.

En ese momento los verdes se acercaron a fiscalizar al camión: “Cuando se le solicitó el certificado de carga y la licencia de conducir, el sujeto señaló que no los tenía, por lo que fue trasladado hasta la unidad policial. Una vez ahí nos enteramos que era el mismo que junto a otra persona había asaltado una parcela. Además tenía una orden pendiente de arresto por un robo con intimidación en la ciudad de Rengo”, chachareó el uniformado al diario pop.

Trascendió que el tontorrón actuó con un compinche, el cual habría escapado durante la persecución en la carretera, por lo que sigue siendo buscado. Acevedo deberá enfrentar la justicia por robo en lugar habitado y por querer “acecinar” a los simpáticos cochinillos, avaluados en más de 3 millones y medio de pesos.

En tanto, los 42 fueron devueltos al barro, mostrándose agradecidos por salvarse de un seguro final en el matadero.