Es una triste verdad, pero todos hemos conocido a personas "apitutadas" con "santos en la corte" que se van a la "cochiguagua", nos "aserruchan el piso" y después intentan pasar "piola".

Esa lamentable realidad chilena da rabia, y más rabia da que muchos tontos se enorgullezcan de ser "pillos", porque no entienden que sus "chanchullos", por pequeños que sean, están pudriendo las bases de nuestra sociedad.

Para crear conciencia entre la barra pop, "Chile Transparente" editó el Diccionario del Corrupto de la Lengua. El organismo, durante sólo dos meses, recopiló en su página web 45 mil sugerencias de palabras o frases que demuestran lo frescos que podemos llegar a ser.

Sin repetirse, el aporte de la gente fue de mil términos referidos a pillerías y faltas de transparencia, de los cuales Felipe Encinas se encargó de seleccionar 100.

El editor de la obra contó que sus favoritos son "Moler agua" y "Coimisión". La primera acción la ejecutan las "personas que simulan estar haciendo algún tipo de trabajo esperando la hora de salida, pero que en realidad no hacen nada". Mientras que una "coimisión" es una mezcla de coima y comisión. "Se trata del dinero ganado en forma ilegal, pero que se ve como correcto o legal (sobresueldos). Por lo general, se usan cuando se adjudican contratos importantes", explicó.

Que no nos vengan con "cuchufletas". No podemos "hacer la vista gorda". Es terrible de fácil cachar en la vida diaria ejemplos de las palabras del diccionario, porque todos en alguna jornada laboral "no hemos pelado ni una papa", como el compañero de escritorio que "tira licencia" hasta cuando tiene hipo.

Está claro que nunca falta el amigo fresco que jura de guata que "mañana te pago", pero intentará hacer "perro muerto" y "eso no se debe, pero se puede". El gil tratará de "sacarse los pillos", porque es un "vivaracho", pero como "sólo los pajaritos cantan por amor" hay que cobrarle todo hasta que devuelva el último peso.

Lo correcto es chantar la corrupción, no debemos "quedarnos piola", los "arreglines" siempre perjudicarán a un inocente, no importa que los abusadores "tengan santos en la corte" o "intenten hacernos la cama", debemos echarlos al agua por chantas.

Y eso sería todo. Ya me puse las "zapatillas de clavo", lo que, a mi juicio, no tiene nada de malo, a pesar de que en el diccionario dice: "Expresión que define aquel personaje que se retira del trabajo exactamente a la hora de salida y no se queda ni un minuto más en la oficina. Por otra parte, el que se va antes de la hora de salida no es zapatilla de clavo, sino que barza o patudo".