Mario Carvajal (47) patea la perra mientras traslada por las calles de Quito al equipo de La Cuarta que cubrió la dolorosa derrota de La Roja ante Ecuador. "De los 8 mil taxis que circulan, 3 mil son piratas", dice resignado. "Y claro, además de quitarnos trabajo causan una congestión terrible".

En realidad no es tan heavy el tráfico. Peor es abrirse paso por la Alameda a las 7 de la tarde. Además tiene la suerte de que, a pesar de trabajar para una agencia de radiotaxis, a la hora del taco "puedo estacionarme y dejar de manejar. Total, yo trabajo cuando quiero y nadie me dice nada".

EL PRESI

Carvajal es militar jubilado y además de agarrar el fusil para ir a la guerra contra Perú el '95 en una traumática experiencia, en el Ejército se especializó en agarrar la palanca de cambios. Era chofer de su general y luego pasó a ser el que movía por todos lados al ex Presi ecuatoriano Abdalah Bucaram.

"¡Ufff, el 'Loquito'! Era una persona muy sencilla, pero con cada idea. Más encima lo único que hacía todo el día era comer. Llegaba a un restaurante, lo cerraba y comían desde el guardia hasta el cocinero. Y lo que querían, total pagaba la Presidencia", cuenta el ecuatoriano de clásico bigote.

En todo caso, no bancó mucho a Bucaram. "La plata era muy buena, pero no aguanté ni tres meses y renuncié. Mi señora no me veía nunca porque salía a las 7 de la mañana y tenía que estar hasta la 1 de la madrugada con el Presidente. Al menos en ese lapso me hice la plata para el resto del año", señala subiendo las cejas con cara de picarón.

A LA CALLE

Chato de ponerse el traje militar todos los días, Mario decidió pasar a retiro y probar suerte con un auto, o "un coche", como le llaman en Ecuador. Y a pesar de llevar poco más de cinco años en esto, ya ha llevado pasajeros famosos. "Una vez trasladé a una chilena que participó en el reality 'Gran Hermano' y también a Paloma Fiuza (Pops), que iba a entretenerse a la Plaza Foch una noche".

Anécdotas tiene más que futbolista en una disco. Dos son las que recuerda con especial énfasis.

"Hace un par de años trataron de asaltarme. Me pusieron un borrachito de carnada. Eran tres y a él lo sentaron adelante. Los de atrás me empiezan a preguntar si me habían tratado de robar alguna vez y justo el que estaba detrás mío empieza a ahorcarme", asegura helado aún. Ahí fue donde agradeció su preparación militar.

"No sé cómo pude darme vuelta, pues tenía el cinturón de seguridad puesto, y saqué un puñal que por suerte entre los dos no pudieron quitarme. Pero los cobardes se asustaron y escaparon. ¿El borrachito? Nunca supe si era de la banda. No reaccionó en ningún momento", rememora.

MATRÓN

También tuvo que hacerlas de matrón en una oportunidad. "Una embarazada paró el coche a 35 minutos de la maternidad. Y como iba rápido, con tantos saltos no aguantó más y tuvo al niño en el asiento trasero. ¡Lo que me costó limpiar eso! Más encima, en la maternidad se tomaron todo con una calma increíble. Al final no cobré ni la carrera, sólo pedí que le pusieran mi nombre al bebé, je, je, je...".

Felipe Escobillana P.