Uno de los grandes planteamientos que Felipe Cubillos defendía, además de la educación, era el trabajo. El líder de Levantemos Chile creía fervientemente que potenciando las micro y pequeñas empresas, la gente humilde podía surgir.

Por eso Georgina Mendoza lo recuerda con tanto cariño. Es que Cubillos era su consejero cuando se trataba de negocios.

La mujer es de Quilpué, pero lleva más de 14 años afincada en la isla junto a su esposo, nacido y criado en Robinson Crusoe. Cuando las cosas no andaban económicamente en el continente, la pareja tomó a sus dos hijos y aperró en el poblado isleño de San Juan Bautista.

Con mucho trabajo Georgina y su marido levantaron un quiosco, bautizado como "El Yunque", en la parte baja, cerca de la escuelita. Vivían tranquilos.

Todo cambió la noche del 27/F, cuando el mar arrasó con todo.

Luego de la devastación, lo único que la microempresaria logró recuperar de su quiosco fue una tabla.

Todo era caos y tristeza hasta que Felipe Cubillos arribó a la isla con el propósito de ayudar. Y lo hizo.

En su último viaje al archipiélago, el pasado 30 de junio, el hombre de Levantemos Chile inauguró un par de negocios y quioscos en el centro de la isla.

En uno de estos locales trabajaba Georgina, que al perder su local tuvo que emplearse en otro.

Fue el mismo Felipe quien la invitó a acercarse para la foto oficial tras la inauguración, pero ella no aceptó: "Me acuerdo que me abrazó y me dijo 'venga a ponerse a la foto'. Yo le agradecí, pero no quise porque el negocio no era mío. Le expliqué que la verdadera dueña debía fotografiarse. Él me entendió y me dijo que hablaríamos después, y así fue."

Apenas tuvo tiempo, Georgina le comentó que ella aún no podía reconstruir su propio quiosquito. Cubillos le prometió que en su próximo viaje tendría su propio negocio sí o sí. El destino quiso lo contrario.

"Me dijo que no me deprimiera, que hablaríamos a la vuelta. Él era muy cercano y es muy triste todo lo que ha pasado. No debió ser así".