"Pienso que el pasto es para las vacas. O para jugar al fútbol y al golf". Marcelo Ríos sacó ese remache en 1997, cuando le preguntaron por el torneo de tenis más bacán del mundo. Su opinión, obvio, cayó como patá en la guata a los ingleses, quienes nunca le perdonaron que el chileno les orinara públicamente el campeonato.

¿Siguiendo esa lógica, Roger Federer y Rafa Nadal son vacas entonces? ¿Y el Feñita González, que hasta llegó a cuartos de final? ¿Ah? No poh, Marcelito, ahí la anduvo tirando pa' la galucha, porque en césped la cosa es tan entrete como ir a Fantasilandia arriba de la esférica o comerse un asado de wagyú con sus mejores compipas.

En Wimbledon aparecen minas ricas, como las pololas de los tenistas o Brooklyn Decker, actriz, modelo y pierna sin pelitos de Andy Roddick. Si Ud., don Chino, la hubiese visto antes, de seguro ya le habría comprado pasto en Londres.

Es la ocasión en que aparecen los cototos tambembes de las hermanitas Williams, quienes se lucen hoy con una tenida onda toalla. Es que es el torneo de la faldita corta, de los cuerpos hechos a mano y los gemidos a lo Maria Sharapova. ¡¡¡Aaahhhh!!!

Y también están los que se sacan la cresta por llegar a la bola con chanfle, algo que hasta el mismo Ríos hizo en un partido contra el califa de Boris Becker.

El Chino tuvo que tragarse el pasto, nomás, por mal hablado. ¡Chiaaa!