Crónica

El "Poto Rico" se la comió solito por traición de yuntas

Cuentan las malas lenguas que Óscar Álvarez Arévalo (19), conocido como el "Poto Rico", le birló este curioso apodo a su hermano a punta de fechorías.

En las calles de la villa Cousiño Macul, de Peñalolén, Óscar, el menor de una casta de conocidos lanzas que están tras las rejas, aprendió a robar y fue educado bajo el rigor de la "escuela clásica" de los choros.

A temprana edad se hizo cargo de su casa y su madre, y la única forma que encontró para parar la olla fue a través de los asaltos.

Su astucia lo llevó a crear una organizada banda de puros menores, para así evitar las duras penas de cárcel y posibles traiciones.

Entre sus reclutas se encontraban "Franco el Gorila", el "Loquín", el "Garra", el "Abuelo", el popular "Cisarro" y el "Chispa". La mayoría son de la villa de Peñalolén y miembros de la barra "Grecia Oriente" de la "U".

El grupo se especializó en choreos a tiendas de ropa y a viviendas. "Son como los ladrones antiguos. En la pobla no se meten con nadie, se hacen los giles y siempre se juntan en la plaza Víctor Jara a pensar dónde golpearán", comentó un vecino en la "época de oro" de sus fechorías.

Su modus operandi era simple, pero efectivo: Robar con violencia y arrancar rápido.

En 2008 las cosas iban viento en popa para el "Poto Rico". Según la investigación de la PDI, el sistema de robo le dejaba un 60% de los botines para él y el resto se repartía entre los demás miembros de la banda. Si uno de los "grandes" caía en desgracia, el que reunía más méritos se hacía cargo del liderato.

En su mejor momento, la pandilla llegó a tener 15 entusiastas colaboradores.

VENDETTA

Pero como en muchas actividades, el "Poto Rico" sufrió la aserruchada de piso de uno de sus subalternos. En enero de este año se engolosinó con el robo a tres casas en menos de una semana y a los pocos días la PDI le echó el guante. Un error de Gendarmería y el Sename lo dejó en libertad, pero la pifia se enmendó a las dos semanas: Óscar volvía a la internación provisoria.

En el recinto del Sename donde fue derivado el "Poto Rico" sufrió la impotencia de la reclusión. Sin poder ayudar a su madre, esperaba que algún miembro de la banda apechugara por ella, pero ninguno de sus amigos escuchó su llamado.

Pero el desprecio por el jefe y creador del grupo recién comenzaba. "El Chispa", amigo íntimo del "Poto Rico", se hizo cargo de la pandilla. Desde la correccional, Óscar le envió un mensaje: Apenas salga libre se cobrará venganza.

El drama es que su eventual vendetta tendrá que esperar un rato largo, pues esta semana que pasó el Tercer tribunal Oral en lo Penal de Santiago lo condenó a 7 años de internación provisoria por tres robos con intimidación. A eso se le suman otras dos condenas, de 5 años y 300 días de libertad asistida. Saldrá de prisión a los 31 años y habrá que ver si le quedan ganas de seguir delinquiendo.

PERGENIOS GUSTO A LECHE SEMBRARON TERROR EN EL BARRIO ALTO

Al mediodía del 1 de enero de 2009, Óscar -por entonces de 17 años-, junto a "Franco el Gorila" (15), ingresó al hogar del actor Jorge Rodríguez, quien dormía junto a su familia tras los festejos de Año Nuevo. Se colaron a la vivienda y alumbraron con un celu, porque las ventanas tenían cortinas black out. La dueña de casa despertó con la luz en el rostro. El actor se abalanzó sobre uno de los menores, pero el otro le disparó en la pierna para arrancar.

Al no tener un botín suficiente, decidieron atacar otra casa, ubicada en calle Las Arañas, en La Reina. A la 1 de la tarde, P.M.A.K. le daba la papa a un bebé cuando de improviso vio a dos menores con un arma. El "Poto Rico" le dijo que se tirara al suelo junto a su esposo y los cinco niños presentes.

Según el relato de una de las víctimas, los cabros se llevaron todo lo de valor. Incluso abrieron el refrigerador y sacaron unos helados con palito para el camino.

Tras amarrar con corbatas y cinturones a la familia, pidieron que les abrieran el portón eléctrico. Justo cuando partían comenzó a cerrarse la puerta metálica. Aceleraron y la botaron. El ruido alertó a los vecinos, quienes de inmediato llamaron a Carabineros.

Tres días después volvieron a las andanzas, esta vez en Lo Barnechea.

Sus huellas digitales y un retrato hablado fueron la perdición del "Poto Rico". Su primera detención fue en una feria, donde intentó arrancar a balazos de los carabineros. La segunda vez lo detuvo la Biro Oriente de la PDI en casa del "Loquín", junto con un montón de artículos choreados.

Durante el juicio, el fiscal oriente Marcelo Vargas pidió la declaración del "Poto Rico", pero éste no quiso emitir ni una palabra.

Lo último

Lo más leído

Cotiza y compara todas las marcas y modelosPublica tu auto acá