A la sombra preventiva del penal Santiago 1, por los 90 días que durará la investigación del caso, quedó recluido "El Tumbao", José Miguel Aguilera Osorio (48), quien fue formalizado por los delitos de tráfico de drogas e infracción a la ley de armas.

El perico fue detenido por carabineros tras una persecución a toda velocidad por las comunas de Santiago e Independencia.

Según relató el fiscal Leonardo De La Prida, en la tarde del miércoles Aguilera apretó cachete con la pata a fondo a bordo de su jeep, cuando cachó que los polis andaban tras sus pasos, en el barrio Mapocho del centro de Santiago.

En su huida, "El Tumbao", apodado así porque tiene un hombro caído debido a una fractura en la clavícula, arrancó contra el tránsito, se comió todos los discos Pare y los semáforos en rojo. Su loca carrera terminó en el sector de avenida Vivaceta, cuando chocó con la vereda y se estrelló con un toco estacionado.

Tras el pencazo, el escurridizo  trató de echarse el pollo a pata, pero como tiene algunos kilitos de más los ágiles funcionarios de la Tercera Comisaría le echaron el guante a los pocos metros.

El fiscal De La Prida señaló que al momento de su detención a Aguilera se le encontraron tres bolsitas con 35 gramos de coca en los bolsillos, y cuando los verdes le intrusearon la camioneta le pillaron cuatro cartuchos calibre 32.

Con la evidencia en sus narices, los polis decidieron registrarle la casa, donde hallaron 64 gramos de marihuana, una balanza digital y más de un millón de pesos en puros billetes chicos.

ANTICUARIO

Durante su audiencia de control de detención, Aguilera alegó que su negocio era la compraventa de antigüedades y acusó que los carabineros que lo capturaron lo habían cargado con la cochiná. Pese a sus argumentos, la magistrada no le compró y la mandó en cana, ya que tenía una condena y otro proceso en trámite por el mismo delito.

De acuerdo a los polis, al "Tumbao" lo tenían bajo la lupa porque sería uno de los principal abastecedores de los microtraficantes del sector de Mapocho.