El zombi de la chicota que destrozó el mundo de una lola

Seis pastillas de Flunitrazepam consumidas por la nariz y mezcladas con el vino tinto más barato de una botillería, le bastaron a José Luis Sáez Gallardo (29) para perder totalmente la conciencia y dejarlo como un "muerto vivo" o zombi.
Frente al fiscal y las policías aseguró no recordar lo que sucedió durante varias horas, algo así como un estado de ensoñación. Según la investigación en su contra, amenazó con el gollete de una botella y asaltó a dos menores. Luego los desnudó y amarró, para terminar en una salvaje violación contra una niña de 14 años. Dos días se demoró en darse cuenta de lo que había hecho.
"No me acuerdo si usé un elemento o un arma, pero pude haber utilizado un gollete de la botella que estaba tomando. Los amenacé, pero no recuerdo lo que les dije...", cuenta en su confesión.
Sáez no recuerda que a la niña le puso lo que quedaba de botella en la yugular, mientras le decía: "¿Lo sentís?". Tampoco están en su memoria los gritos que daba en el parque Sánchez Fontecilla de La Reina, mucho menos que usó una polera para atar de manos al joven ni que caminó casi 500 metros de la mano de su víctima antes de vejarla. Pera él todo se ve en cámara lenta, pequeños retazos de una mala historia.
Ese es precisamente el poder de las benzodiazepinas, usadas en la medicina como relajantes o calmantes, pero que con alcohol pueden causar efectos devastadores en la percepción de la realidad de quien las consume.
En el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (Conace) conocen muy bien la famosa "chicota". Entre sus estudios se puede ver que cada mes llegan en promedio unas 600 personas clamando por salir de su dependencia, que su mayor consumo es en los estratos bajos y que jóvenes de segundo medio ya la experimentan.
Algunos drogadictos la consumen después de jalar coca.
Luego de ingerida, los efectos de relajación empiezan a los 30 minutos y pueden durar hasta ocho horas. Si un papelillo de pasta base cuesta luca, cada uno de "chicota" alcanza los 300 pesos.
ADICCIÓN
El siquiatra Mariano Montenegro es el jefe del área de Tratamiento y Rehabilitación del Conace. Asegura que la benzodiazepina es altamente adictiva y sus efectos alcanzan ribetes hipnóticos.
"Es un inductor de sueño, las personas que la consumen quedan como flotando. Su consumo es menor porque para conseguirlo es necesaria la prescripción médica", asegura.
- ¿Es más dañina que la cocaína?
- La mezcla produce adicción, pero no daña el sistema nervioso central como otros productos químicos. En grandes dosis y por un período extenso de tiempo podría acarrear graves problemas de salud.
- ¿Podría borrar la memoria?
- Es inusual. En general la gente se acuerda de sus actos. Como toda droga, es un facilitador de conductas que ya están en la persona. Nadie se hace violador o ladrón por su consumo.
ELSA, EX ADICTA: "MEZCLADO CON COPETE QUEDAS BORRADO"
Elsa lleva más de 12 años en un centro de rehabilitación para drogadictos en Peñaflor. En sus años de libertad, autoconocimiento y desenfreno consumió cocaína, pasta base y también chicota.
"Es para dormir, pero si la mezclái con copete quedái más loco que una cabra de cerro. Ese es el problema de la chicota", afirma.
Recuerda Elsa que hace algunos años era relativamente fácil encontrarla en el mercado negro, pero la regulación de las autoridades cortó lo que pudo ser una adicción tan popular como la pasta.
"Ahora se vende con receta nomás, así que cuesta mucho más conseguirla", recalca.
TIRA. La mujer cuenta que su peor adicción fue la pasta base. No siguió en el negro camino de la benzodiazepina por la pérdida de concimiento al mezclarla con el trago.
"Mezclándola con un copete te borrái. Cualquier alcohol sirve. Después del primer chicotazo no te acordái de nada. Quedái pa' la cagá. Se puede tomar o jalar, pero por la nariz duele", asegura.
El mayor riesgo de la pastilla es que muchas veces puede ser consumida sin el consentimiento, tal como le ocurrió a ella la primera vez que la probó. Un amigo le dio una en el trago. Después que se lo tomó, se quedó dormida.
"Cuando empiezas es con una, pero con el tiempo necesitas más. Seis pastillas no es nada, porque algunos angurris pueden llegar a consumir una tira completa. Son 30 pastillas de una patá".
Claudio Sanz S.
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