No crea que Hernán de Solminihac, ministro de Obras Públicas, se las llevó pelás el 27-F. "Estuve toda la noche preocupado por mi hija, que estaba en una discoteque. No podía comunicarme con ella", recuerda el "Colorado".

Y esa misma experiencia hoy lo mueve a asumir con ánimo el último cargo que le confió Don Tatán Piñera: Presidente del Comité de Reconstrucción.

-Se le desarmó el naipe inicial con el tsunami, ah.

-Cuando me designó el Presidente el 10 de febrero, me puse a trabajar a full, pero después del terremoto, todo eso cambió.

-¿Y cómo evalúa estos seis meses levantando Chilito?

-Hemos avanzado bastante. Ya tenemos las emergencias cubiertas en un 96%, y ahora estamos enfocados en los trabajos definitivos, que tomarán más tiempo.

-Para que aguanten otro posible remezón, ¿onofre?

-Claro, si bien nos ponemos plazos, lo fundamental es la calidad de las obras.

-Hay casos emblemáticos, como los puentes del Biobío. ¿Cómo va eso?

-Bastante bien. Estamos reparando el puente Llacolén y también el Juan Pablo II, que está un poco más dañado. Además, queremos levantar un tercer puente.

-No me diga...

-Claro. Entonces, pasaríamos a tener, de aquí a un año, tres puentes que crucen el río.

-¿Y pa' los amantes del vuelo? No el del cóndor, obviamente.

-El Aeropuerto Merino Benítez está prácticamente listo, sólo faltan detalles.

-¿Duele ver a la gente incómoda por no tener una vida normal?

-Sí, y eso nos mueve a trabajar con más fuerza para volver a la normalidad.

-¿Se pone plazos?

-Ojala podamos lograrlo antes del fin de este gobierno.