En la "Casa del Deporte" le enchulan las camisetas

Hace diez años la familia Cifuentes Muñóz creó la “Casa del Deporte” en el segundo piso de su hogar. Ahí con dos máquinas de coser se las ingeniaron pa’ vender camisetas con un lote de diseños diferentes.
El sacrificio rindió frutos. Por eso hoy, además de fabricar prendas de vestir también venden artículos como pelotas de fútbol y de básquetbol, balones medicinales y de pilates. Además de colchonetas y cajones para step aeróbico, entre otros.
"Al principio fue duro. Era mi papá, mi mamá, mi polola y yo, Hoy somos seis personas y tenemos 10 máquinas", contó de entradita a La Cuarta Jimmy Cifuentes Muñóz, quien está a cargo del negocio familiar.
Cifuentes relató que fue hace cuatro años que la compañía despegó. ¿Las razonesx?x Entró a Mercado Público.
"Ahí tuvimos la opción de entrar a otro negocio. Aprendí a licitar y a ofertar en la página de ChileCompra".
Su primer cliente fue la municipalidad de Santo Domingo, la que le pidió un arsenal de camisetas.
"Luego se sumó La Calera. Ahora trabajamos para las municipalidades de Rancagua, Coquimbo, Puerto Montt, Temuco, Santiago, Las Condes y Providencia. Gracias a Dios tenemos hartos clientes", señaló.
Como les ha ido tan bien en el negocio, ya tienen listeilor un pedido que llega en agosto.
"Son varias cosas de línea deportiva, además de balones medicinales, conos, bombines. En fin, muchas cosas para que vayamos creciendo como negocio", afirmó.

Jimmy reveló que el bichito por hacer este tipo de compañía surgí del abuelo.
"Él tenía un negocio parecido. Ahí, él enseñó a mi papá cómo cortar camisetas. La gracia de nuestro negocio es que acá nos pueden pedir el diseño que quieran y lo vamos a hacer. Eso nos diferencia del resto de los talleres. Nos muestran una foto y se fabrica", contó pecho paloma.
Ángela Múñoz, mamá de Jimmy y parte del negocio, reveló que "el fútbol cambió mi vida. Es un orgullo ver todo lo que hemos logrado. Cuando partí sólo hacia camisetas y ahora en mi máquina de coser de todo".
La eva agregó que "fue un cambio importante. Partí trabajando casi sola, estaba todo el día haciendo cosas. Ahora ya tenemos un equipo de trabajo. Me siento feliz, logramos las metas. Ahora queremos ser importadores".
La familia está ultra feliz. No es p’ menos si partieron facturando dos palos al mes y ahora llegan a los 15 millones. Para Jimmy la clave es una.
"Constancia. Trabajar con empresas públicas te obliga a entregar un buen servicio y que sea a tiempo. Se trabaja harto, pero es la única manera de crecer".
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