¡La vida de los chanchos es una porquería! Un porcentaje ínfimo de la población porcina espera su faenamiento en una bucólica granja, como la de los amigos del gato Garfield. El resto se desarrolla a la velocidad de la luz, hacinado en corrales, sin jamás ver la luz del sol, comiendo harina de pescado.

Para más recacha los pobres animales deben soportar que su nombre sea usado para designar las peores cualidades de una persona, ¿o no entiende el puerco asqueroso y mantecoso que vive en un chiquero?

La autoridad sanitaria indicó clarito que el consumo de carne de cerdo no tiene nada que ver con la gripe porcina, pero algunas personas tienen curiosas teorías sobre el origen de la potencial pandemia.

En el tradicional matadero de Franklin la carne de chancho se sigue vendiendo tanto como siempre, salvo en algunos locales que registraron una leve disminución desde que el cochino virus apareció en México.

Patricio López (27) hace cinco años que es cargador. En sus hombros acarrea sobre todo carne. Ayer se despachó dos camiones con 90 chanchos partidos en mitades de 40 kilos cada una. El compadre es experto en la materia y tiene una hipótesis sobre la gripe porcina. "No descarto que sea la venganza de los pobres chanchos, que se picaron con los humanoides", especuló.

POR LO SANO

En Carnes San Andrés hace 40 años trabaja Pedro Pavez. Con autoridad en el tema el hombre sostiene una estrategia que a la Organización Mundial de la Salud no se le ha pasado por la cabeza. "Para terminar con la gripe porcina, debemos comernos a todos los chanchos", explica tras el mesón, sin considerar que el virus ya está en el aire y al terminar con los chanchos sólo quedaríamos con el ombligo parado.

Con una experiencia de 35 años, el carnicero Jaime Bravo se fue en la profunda y habló sobre lo "sanito" que es el chancho. "Más peligrosos son los embutidos", dijo.

S. Foncea/R. Henríquez