Holandeses y españoles ya lo decían en voz alta: Ellos ponen la fiesta, pero la Fifa sacaba el pito...

Y si bien los señores del máximo organismo futbolero pensaron de inmediato en pegarse el pique a Jamaica, optaron por uno de cepa inglesa. Hablamos -para los malpensados- del colegiado Howard Webb, quien fue designado para dirigir la final entre pepes y tulipanes de este domingo. Opción que dejó a los primeros más deprimidos que Edmundo Varas tras el quiebre con Francoise Perrot, puesto que fue este saquero que validó el gol en posición de adelanto, con el que los suizos los derrotaron en el debut sudafricano.

Más encima, algunos portales hispanos aseguraron que el hombre había nacido en Rotterdam (Holanda), pero el atado duró menos que chiste de Álvaro Salas, al comprobarse que el ex policía vio la luz en Rotherham, una city de South Yorkshire, Inglaterra, el 17 de julio de 1971.

Si a eso se le agrega una carrera llena de aciertos en la Premier League, donde el máximo de tarjetas rojas que ha mostrado fue de cinco en la temporada 2008/2009, no hay mucho que patalear.

Sanción que aún no ha usado en ninguno de los tres partidos que dirigió en esta cita planetaria (el ya mencionado, Brasil-Chile y Eslovaquia-Italia) y tampoco pasó en la final de la Champions League 2010.

"Es el objetivo final para todos los árbitros", el british que pronto estará de cumpleaños.