Las emergencias volcánicas que nos han azotado con particular vehemencia los últimos años, han puesto en alerta a autoridades que han debido implementar planes de contingencia en zonas que por lo general no son densamente pobladas, pero que pasaría si uno de los tres volcanes que rodean la capital hace ¡pum!

Actualmente Santiago está custodiado en la zona norte por el Tupungatito, en el centro por el San José y en el sur por el Maipo, todos en actividad, y con la potencialidad de hacer erupción en cualquier momento, aunque los expertos estiman que su distancia de la capital juega a nuestro favor.

Y es que el volcán Maipo está 110 kilómetros de Santiago, el San José a 60, y el Tupungatito a 65, todos ubicados en la línea de frontera con Argentina, en el punto más alto de la Cordillera de los Andes.

Según explica el volcanólogo del Sernageomin, Gabriel Orozco, la zona capitalina que parcialmente podría sufrir con una erupción es la comuna de San José de Maipo.

“Las cosas más energéticas y destructivas siempre se concentrarían en el entorno cercano al volcán, y eso está bien arriba en la cordillera, aunque efectivamente también se vería afectado el río Maipo a la altura de San José de Maipo con posibles aluviones”, indicó.

Y es que según señala, tanto el Tupungatito como el San José “poseen glaciares muy importantes en volumen y esa es la fuente principal de riesgo que hay asociados por la fusión de hielo y la formación de aluviones volcánicos o lahares, junto con la emisión de ceniza”.

En todo caso aclara que “afortunadamente todo el poblado está construido en una terraza que es bastante alta, entonces el río pasa ahí encajonado y bien profundo, aunque flujos piroclásticos y lava en ningún caso llegarían hasta allá, ya que estos generalmente suceden en el entorno de 20 kilómetros de los volcanes”.

Orozco cree que la probable erupción de alguno de estos tres macizos, “por su composición química y por algunos registros que hemos podido ver por los depósitos que han dejado, serían erupciones menos explosivas, y en general bastante menores. Yo diría estromboliana intensa, quizás algo parecido a lo del Villarrica”.

El experto además señala que aunque el volcán Maipo registra una de las erupciones más grandes de la historia, hace 150 mil años, y cuyos depósitos volcánicos llegaron al valle central y el argentino, “un nuevo proceso de esas características se escapa de los escenarios que nosotros esperamos que realmente sucedan en la escala de tiempo humana”.

LAHARES

Jorge Clavero, volcanólogo de la escuela de geología de la Universidad Mayor, señaló que una erupción de estos conos generaría “productos volcánicos que podrían afectar en ciertas condiciones particulares a la capital, como lo sería la caída de piroclastos, en particular cenizas, dependiendo de los vientos, aunque lo más probable es que como suele ocurrir, la ceniza se iría hacia Argentina”.

Respecto a la posibilidad de lahares, recalcó que “son factibles, porque estos volcanes tienen glaciares y en invierno tienen una cobertura nival, por lo tanto durante un evento eruptivo se podrían generar estos aluviones”.

De todas maneras, “para afectar a la capital tendrían que ser lahares realmente voluminosos, por la ubicación de los volcanes, ya que están lejos de las zonas habitadas. Ese riesgo es bastante bajo”.

Geógrafo: “Tendremos sismicidad y erupciones de forma permanente”

Para el geógrafo Ricardo Rubio,  académico de la Universidad Cardenal Silva Henríquez, en nuestro país falta una cultura respecto a estos fenómenos naturales.

“Falta educación geográfica. Deberíamos ser más conscientes que el Chile sudamericano está prácticamente en su totalidad sobre una zona de subducción. Está cuestión se ha dicho en los medios hasta el cansancio, vamos a tener sismicidad y erupciones de forma permanente, porque estas zonas están asociadas a sismicidad y volcanismo activo, ahí no hay vuelta que darle”, señala.

Respecto a una posible erupción, Rubio explica que “depende la época del año que ocurra, para saber el daño que provocará, porque si ocurre en invierno, en que tenemos una mayor cantidad de nieve en la cordillera, los lahares serían mucho más destructivos por el volumen que se fundiría. Sería el peor escenario”.