Falso abogado se dio la vida del oso con mino che tras estafar a Compañía de Fósforos

Autos caros, propiedades, viajes, ropa exclusiva y puras delicatessen. Así era la vida del chilenito Cristián Alfredo Lizama Chacón -quien falsificó su título de abogado- y su pololo che Federico Escudero, quienes tenían un idilio digno de Corín Tellado.
La pasión y la fortuna duraron cinco años, tiempo en el cual la pareja estafó a una decena de accionistas de la Compañía Chilena de Fósforos en una triangulación de activos que superó los 2 mil millones de pesos. El dinero terminó en paraísos fiscales, cuentas con varios ceros y cajas de tiendas topísimas.
Tras un año prófugo, Lizama cayó en manos de la Fiscalía Oriente, que esta semana lo condenó a tres años de cana en el penal San Miguel y lo obligó a devolver un palo de dólares que tenía en sus fondos.
Pero el mayor dolor está en su corazón... Su pareja no podrá verlo tras las rejas, pues apenas pise suelo criollo la policía lo apañará como coautor de los delitos. Eso, si es que viene, ya que durante el juicio Lizama se enteró de una horrible verdad: Federico sólo estaba con él por el vil dinero.
DESFALCO
La historia de amor y chanchullos partió en 2005, año en que Lizama se hizo cargo del Departamento de Acciones de la compañía.
El desfalco no daba lugar a suspicacias. Según la investigación, Lizama entregaba acciones de los dueños legítimos a familiares y cercanos, los que luego las vendían en la Bolsa. Él mismo se encargaba de acreditar la veracidad de los títulos y así nadie sospechaba. Ni los estafados, ya que cada año los cheques llegaban a sus cuentas, claro que con un "pequeño" recortín.
La investigación acreditó que con la plata mal habida el che Escudero compró una Nissan Murano de 20 millones, mientras su novio manejaba un Audi A-6 de 32 palos.
Lizama también adquirió un depa en el centro de Santiago y otro en calle Martín de Zamora, en Las Condes, ambos pagados al contado.
Entre otras compras también figura un empingorotado restorán ubicado en El Bosque Norte.
Pero la adquisición más preciada está en Buenos Aires. El chileno compró unas casona en el Club de campo Pilar del Lago, zona similar a Chicureo. El nido de amor tiene 400 metros cuadrados construidos y está avaluado en medio millón de dólares.
"La pareja no escatimaba en gastos. Viajaba en primera clase por el fin de semana a Miami y se vestía con ropa Armani. En su casa se encontraron copas de vino italianas de mil dólares", contó Vinko Fodich, fiscal jefe de Ñuñoa, quien llevó la causa.
En junio de 2007, Lizama dejó su cargo y a los pocos días quedó al descubierto su delito. Pero ya era tarde. Se había fugado a Argentina con su tortolito.
TRAICIÓN
Meses después, Lorena Escudero vino a Chile con un poder de su hermano para vender su 4x4 y la policía la detuvo. "Cristián es moreno y flaco, y Federico es alto, rubio y de ojos azules. Sólo está con él por la plata", declaró la mujer.
Lizama alcanzó a estar un año prófugo y sus padres recibieron el peso de la ley por su complicidad. Al estrecharse el cerco, envió un mail al fiscal Fodich para entregarse.
"Preparamos el viaje con la Fiscalía de Buenos Aires. Debía presentarse a audiencia, pero no llegó. Antes de devolvernos nos avisaron que tenía programado un viaje a Córdoba, donde vivía con familiares de su pareja", señaló el persecutor.
La fiscalía trasandina lo detuvo justo cuando abordaba el avión. Sus bienes fueron retenidos y sus cuentas, congeladas.
Lizama tenía depósitos en Estados Unidos, Suiza, Panamá, Islas Caimán y Argentina. No se sabe si quedó con alguna cuenta secreta o dejó con dinero a su pololo. Lo único claro es que pasará tres años de su vida esperando a un príncipe azul que jamás llegará.
INVESTIGACIÓN SENTÓ UN PRECEDENTE
La magistrada del Octavo Juzgado de Garantía de Santiago, Ely Rothfeld, condenó a Lizama a cuatro años de cárcel, pero como ya lleva un año en prisión preventiva saldrá libre en 2012. El joven fue procesado por estafas reiteradas, uso malicioso de instrumento público y ejercicio ilegal de la profesión. La razón del último delito es que falsificó un título de abogado para postular a la jefatura del Departamento de Acciones de la Compañía Chilena de Fósforos. El banco gringo Morgan Stanley ya entregó un millón de dólares que estaban escondidos en sus arcas. "Lo relevante es que Estados Unidos reconoció y validó la resolución de un tribunal chileno, que ordenó una incautación fuera de las fronteras", señaló el fiscal Vinko Fodich.
Se espera que en los próximos meses salgan a remate las propiedades y bienes, para hacer caja y devolver las chauchas a los acreedores chilenos.
Claudio Sanz S.
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