Ni siquiera el hecho de tener enfrente a una de las peores versiones del otrora exitoso Manchester United, fue suficiente para que el Arsenal de Alexis Sánchez saliera bien parado de la mocha ante los "Diablos Rojos".

Al final, y tal cual ha sido la tónica de los últimos tres años, el triunfo quedó en poder del United que, con un autogol del hachero de Arsenal, Kieran Gibbs (a los 56 minutos), y un pepón de su ídolo, Wayne Rooney (85'); derrotó por 2-1 al Arsenal, que recién en los descuentos pudo acortar la diferencia, gracias a un gol del franchute Olivier Giroud.

Lo más rescatable para el chileno, que se fue quemado de la cancha al no poder dar vuelta la historia, fue que los hinchas destacaron su actuación, por mucho, de las mejores en un equipo que poco mostró en la mocha de este sábado.