"Si no es por la máquina, la Panchita se nos va", cuenta Paula Vergara, mami de Francisca Ovalle, la chica de 11 años que necesita con urgencia un trasplante de corazón.

El drama es que si no aparece un donante compatible, el sofisticado artefacto no podrá mantener con viva a la pequeña. "Panchita tiene vida hasta el martes",  agrega.

Francisca, quien cursa cuarto básico en el colegio San Bernardo Abad de esa comuna, padece un complejo cuadro de miocardiopatía dilatada con falla hepática y renal.

El complejo diagnóstico obligó a los médicos de cuidados intensivos cardiovasculares del Hospital Clínico de la Universidad Católica, donde está internada, a conectarla a ECMO (Oxigenación con Membrana Extracorpórea), aparato que suple al órgano deteriorado.

"Era sana. El 19 de septiembre pasado sintió un dolor de guata muy grande. Los médicos dijeron que era gastritis y después faringitis, porque tenía mucha tos. Tras peregrinar por varios hospitales, le tomaron una ecotomografía que  demostró que tenía este problema en el corazón", agrega Paula.

Pedro Becker, jefazo de Trasplantes Cardíacos de la Red de Salud UC, precisó que el donante de corazón debe pesar entre 30 y 60 kilos.