La comunidad de franciscanos chilenos se pusieron una vez más la mano en el corazón y donaron 158 pares de zapatos para niños pobres de Chillán. Una labor que hacen cada año en diferentes sectores del país.

Gracias a una red de colaboradores de la iglesia San Francisco, los religiosos consiguieran llevar a cabo esta valiosa campaña que le da una mano a los sectores más vulnerables de la sociedad.

El fray Gerardo Flores Benavente explicó a La Cuarta que siempre trabajan para dignificar a esa "pobreza escondida"; colegios de poblaciones, centros de rehabilitación, barrios donde la ayuda casi nunca llega.

"Nosotros todos los años hacemos esta campaña para los niños más vulnerables, en distintos lugares. Este año nos tocó en Chillán. Siempre tratamos de fijarnos en la situación de los niños vulnerables. Son niños que son olvidados dentro de la sociedad", comenta.

"Los niños son la semilla"

La idea era poder entregarles a los menores un calzado de buena calidad que les ayudara a soportar la intensa humedad del sector, por lo que los encargaron a una fábrica de Santiago.

"Los niños allí siempre andan con sus pies húmedos. Es impresionante la precariedad en la vestimenta, de los zapatos principalmente. Nosotros ojalá pudiéramos cubrir todo, pero es imposible".

Sin embargo, afirma que ellos quedan con el "corazón totalmente lleno" cuando ven las expresiones de los niños al entregarles sus zapatos.

"Se ponen muy contentos, no los quieren ensuciar. Hacemos esto porque los niños son la semilla de nuestro país: los niños son la semilla y los adultos mayores son la raíz. Luchamos por eso y seguiremos haciendo esto, como frailes franciscanos. En esta lucha de que el pobre sea dignificado", afirma Flores.