La mayoría de los habitantes de Isla de Pascua vive del turismo y por eso se preocupa de dar la mejor impresión a los visitantes. La delincuencia es muy baja porque a nadie se le ocurre portarse mal en el lugar más aislado del mundo. ¡No se van a arrancar nadando!

Dos garzonas amigas de lo ajeno (y amigas entre ellas), del Hotel Iorana, habrían pecado, según se desprende de la investigación en curso.

Yocelin Cabrera, de 25 pepas, y María Correa, de 26, fueron detenidas por la Policía de Investigaciones junto al conviviente de una de las mujeres, identificado como César Mena, de 29.

El trío de cumas habría desvalijado la habitación de un cototo economista rumano. Al pobre Gheroghe Atomei le pelaron más de 7 mil dólares, sofisticadas cámaras fotográficas, un teléfono celular, tarjetas de crédito y dinero nacional, entre otras especies.

SE VIRÓ

La investigación, a cargo del intrépido subprefecto Christian González, permitió aclarar en tiempo récor el golpe que afectó al turista mientras disfrutaba en un restaurante de una langosta bien regada con pisco sour.

Al regresar a su habitación con la guatita llena y el corazón contento, el compadre cachó el robo y partió a interponer la denuncia. Choreado de la hospitalidad pascuense que le tocó conocer, el pobre tipo al día siguiente regresó a su país con la intención de no volver nunca más y decirle a sus amigos que jamás se den una vuelta por la Copia Feliz del Edén.

Tanto las mujeres como el cómplice confesaron su participación en el hurto, pero de todas formas la fiscalía pidió la ampliación del plazo de investigación.

Los rateros (y vergüenza de la isla) serán formalizados hoy.

El rumano tramita la devolución de sus bienes y por lo menos se llevó una buena impresión de nuestra policía.