Del disfrute en un ambiente dieciochero a la tragedia pasaron ayer el gendarme Juan Pablo San Martín (27) y su pareja, María Teresa Allende Uribe (25), que la noche del jueves le daban al bailoteo, al copete y al comistrajo en la fonda de la Tercera Compañía de Bomberos , en el hall del Centro Cultural de Osorno.

No hay registro de que hayan discutido, ni golpeado, lo único que se oyó en medio de la jarana fue el estruendo de un balazo, que se alojó en el rostro de María Teresa tras ser percutado por Juan Pablo, quien a gritos en la batahola dijo que se le había escapado por accidente.

Según testigos, el hecho ocurrió cuando la víctima, con domicilio en el sector de Francke de la ciudad, se retiraba de la fonda a la cual había asistido con su conviviente, miembro de la dotación penal osornina.

En el control de detención realizado posteriormente el uniformado explicó que hirió a su mujer porque se le había escapado un tiro mientras manipulaba el arma que portaba.

La explicación no satisfizo a los  miembros del tribunal, ya que el  fiscal Matías Montero solicitó y obtuvo la ampliación del plazo de detención del gendarme hasta mañana al mediodía.

Se especula que San Martín podría ser formalizado por parricidio frustrado, pues existen personas que aseguran que la mujer se retiraba sola de la fonda cuando fue alcanzada por su pareja, que llevaba el arma en sus manos, la que después del disparo le habría sido arrebatada por un voluntario de Bomberos.

La fiscalía pidió realizar nuevas  pericias e interrogatorios a los testigos y, si su salud mejora, obtener una declaración de María Teresa, quien está en el Hospital Base de Osorno.

Allí fue atendida por una herida a bala en el rostro con salida de proyectil, la cual le provocó una fractura de mandíbula con compromiso auricular.