Gordito quedó atrapado entre el guáter y un muro

A un curioso procedimiento bomberil concurrieron voluntarios de Valpo, quienes tuvieron que rescatar a un rechonchito anciano que quedó atrapado entre la taza del guáter y un muro del baño de su depa de calle Uruguay.
Se trata de Heriberto Villarroel, un tatita que en sus años mozos se desempeñó como enfermero de la Armada y también realizó funciones similares en el Congreso Nacional, lugar en donde trabajó hasta que se retiró a sus cuarteles de invierno.
El gordo abuelito es conocido en su barrio por su simpatía y caballerosidad, por eso todos lamentaron su accidente y no poder estar ahí para socorrerlo.
Según indicaron fuentes bomberiles, el abuelito se cayó alrededor de las 4 de la madrugada.
A esa hora le dieron ganas de utilizar su trono y al principio lo hizo con éxito. El problema ocurrió después porque Heriberto, producto de su sobrepeso, habría perdido el equilibrio y quedó atorado.
Como todos lo haríamos en una situación tan incómoda y vergonzosa, el tata intentó liberarse por sus propios medios, pero cuando cachó que la batalla era desigual comenzó a gritar por auxilio.
Según pudimos indagar, su agonía fue escuchada por unos pescadores que pasaban afuera del edificio Grimo, en donde vive solito hace varios años. Desgraciadamente los lobos de mar tenían las oídos llenos de patos y no pudieron identificar de qué lugar venían las súplicas, así que continuaron su camino.
Ya bien entrada la mañana fue una vecina con las orejas más limpias quien escuchó los llamados de auxilio de Heriberto.
La mujer llamó a carabineros de la Segunda Comisaría Central, quienes entraron a la casa y vieron la triste escena que protagonizaba el atorado anciano.
La policía le pidió ayuda a Bomberos para poder efectuar el rescate que se concretó pasadas las 8.30 horas.
"Me caí entre la muralla y el servicio higiénico y no podía salir. ¡No podía! Me quedé dormido y al parecer me lesioné el fémur, siento mucho dolor en esa zona", explicó arriba de una camilla Heriberto, antes de ser trasladado por una ambulancia de la Unidad Coronaria Móvil hasta el Hospital Naval, en donde fue internado.
Los vecinos y comerciantes del edificio Grimo cuentan que don Heriberto pasa con achaques y que las ambulancias llegan por lo menos dos o tres veces a la semana para asistirlo de alguna dolencia.
"Vienen siempre las ambulancias a verlo, él vive solo, pero es muy simpático y respetuoso, sale aquí a comprar, conversa con nosotras y de ahí se devuelve solito p' arriba. No sabemos dónde están sus hijos, pero nosotras ya lo echamos de menos y queremos que vuelva para la Navidad, porque lo queremos meter al amigo secreto", contó la comerciante Gloria Villa.
MÓRBIDOS VIVEN 12,5 AÑOS MENOS
La nutrióloga del Hospital Clínico de la Chile, Karin Papapietro, informó que los obesos mórbidos viven en promedio 12,5 años menos que el resto de la población.
"Tienen cortada la vida. Las personas con obesidad mórbida tienen más riesgo de hacer diabetes, problemas de colesterol y de presión arterial", agregó la experta.
Según datos de la Encuesta Nacional de Salud del 2004, en Chile un 1,3% de la población es obesa mórbida.
Karin contó que en el país las mujeres están peor que los machos, porque "tienen más facilidad para ganar peso, y además por las conductas alimentarias, las mujeres tienden a comer más veces en el día, a ser más comedoras hormiga".
Juanito Melillán (en la foto) comía a cada rato. El chofer de micro de Estación Central murió víctima del sobrepeso en agosto.
No soportó un tercer pencazo al corazón y se fue en su ley: Recién almorzado y pesando más de 250 kilos.
Juanito perdió la lucha contra los kilos, a pesar que se sometió a un tratamiento que le permitió caminar y bajar 60 kilos, su cuerpo no aguantó y se nos fue.
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