Mesas, sillas, servicios y manteles se ven pulcramente ordenados en la habitación donde, en abril de 2008, fueron ejecutados con balazos en la cabeza el arquitecto Francisco Zamorano, esposo de María del Pilar Pérez, y el tecnólogo médico Héctor Arévalo.

Los crímenes, cuya autoría intelectual pertenece a "La Quintrala", ocurrieron en la casa de José Manuel Infante 1020, en Providencia, donde vivían Zamorano y Arévalo. Desde hace tres años funciona en dicho inmueble el restaurante peruano "Donde Landeo".

Su dueño, el chef pé Raúl Landeo, aclaró de entrada al diario pop que pese a los horrorosos hechos ocurridos en el lugar, allí no se sienten sonidos del otro mundo ni andan almas en pena asustando a los comensales y empleados del local.

Por los asesinatos de ambos hombres y del joven economista Diego Schmidt-Hebbel, entre otros delitos, "La Quintrala" recibió condenas de cárcel que la tendrán el resto de su vida tras las rejas.

"Me ha ido bien, no he tenido ningún problema" señaló Landeo, quien agregó que en el local se respira mucha paz: "Acá no se siente na'".

No sabía

Raúl contó que cuando entró a este negocio no sabía la historia policial del lugar.

"Lo tomé con preocupación, pensé qué me iba a pasar y todo eso, pero no se escuchaba ningún ruido. Muchas veces me he quedado hasta tarde acá. Uno se familiariza. No ha habido ningún problema, no he sentido cosas negativas ni nada de ruidos, nada", señaló el empresario.

Agregó que hay clientes que le preguntan “si se siente algo y les digo que no porque las personas descansan en paz, se hizo justicia. Sus almas descansan tranquilas y las personas me dicen que tengo razón”.

Dijo que "la mayoría conoce la historia y hay algunos que vienen y me preguntan dónde fue y yo los llevo al cuarto".

El chef invitó a todos los comensales a pasar por el local a degustar de los platitos del Rímac: "Le digo a la gente que no tenga miedo de venir", remachó el empresario Landeo.

El doble crimen

Claudio Soza Zamorano, primo de Francisco, fue quien encontró los cadáveres de su familiar y de la pareja de éste.

El hombre denunció el hecho a Carabineros y fue durante un tiempo el principal sospechoso de haber cometido el doble crimen que ocurrió el 23 de abril de 2008.

Finalmente se determinó que el autor fue José Ruz, sicario de María del Pilar Pérez, quien también fue condenado a secarse en la cana.

La supuesta autoría de Soza se transformó en uno de los más grandes condoros de la Fiscalía Oriente.