Todos en algún momento de la vida hemos tenido mal aliento y muchas personas sufren constantemente esa condición que los convierte en un basurero con patas al cual nadie se quiere acercar, y menos besar.

El temor infundado a sufrir halitosis sin tenerla es conocido como halitofobia y lleva a los afectados a consultar montones de dentistas en busca de una solución a un problema inexistente.

“El miedo puede impulsar a la persona a revisar constantemente su olor bucal, a lavarse los dientes muy frecuentemente a lo largo del día, a hacerse limpiezas de encías mensualmente, a evitar estar a menos de unos cuarenta centímetros de otra persona, a evitar las relaciones sexuales para no aproximarse en exceso y a observar constantemente las reacciones de las personas con las que conversa para identificar si el otro se ha percatado”, explicó el sicólogo Fernando Azor Lafarga.

Cuando el miedo al dragón se convierte en irracional, los especialistas lo denominan halitofobia, y para superarlo se recomienda un tratamiento sicológico porque los dentistas no pueden hacer casi nada por esas personas.

Víctor Robledo lleva más de 30 años en boca de todos y se ha topado con algunos halitofóbicos. El dentista del Hospital Barros Luco ratificó que son alteraciones siquiátricas, “porque uno los revisa una y otra vez y no les encuentra absolutamente nada”.

El odontólogo explicó que por lo general andan buscando medicamentos para tratar el mal aliento y así confirmar que su hálito desagradable tiene alguna causa justificada.

“Pueden haber sufrido halitosis de forma momentánea y en algún momento haber sentido rechazo, pero no tienen nada y lo mejor es decirles de la forma más sutil posible que consulten un sicólogo, o mejor un siquiatra, para que descubran la causa de fondo”, explicó.

“Andan de dentista en dentista y nunca quedan satisfechos con el diagnóstico o quedan disconformes con la atención que no cumple sus expectativas”, agregó.

Sobre la halitosis de verdad, Robledo contó que “hay varias causas, incluso algunas de origen desconocido, pero la gran mayoría es de origen bacteriano y muy difícil solucionar porque se ubican en la base de la lengua, por eso están a la venta cepillos con barredor de lengua. A veces hay personas que sufren problemas estomacales y algunas nunca tienen solución salvo tratamientos paliativos”.