Si el Transantiago fuera un alumno de básica, recibiría las burlas hasta del más chico, porro, piñufla y copión del curso.

Un estudio a los usuarios del sistema de transporte público tiró por la borda a la "nueva" malla de recorridos, tanto así que las ordis micros piratas, bucaneras, filibusteras y corsarias tienen mejores rutas que los troncales y alimentadores, y sacan mejor nota que el sistema legal. ¡Increíble!

Según los cabezones de la Universidad Bernardo O'Higgins (UBO), en todas las comunas del Gran Santiago existen barbarrojas con pata de palo y loro en el hombro que acarrean almas con el popular grito "¡queda uno y partimos, se va la máquinaaa!".

La mala noticia para el sistema público es que la barra pop prefiere a los buses chantetes por sobre los del sistema legal.

Según el estudio universitario, la barra califica con un 4 a las piratas, mientras las máquinas de Transantiago sacan un rasca 3,5.

WHY?

Los casi mil encuestados descubrieron la gracia de los ilegales: Usan casi la misma malla que las antiguas liebres, esas que pasaban por las principales avenidas, se metían en todas las villas y dejaban a los pasajeros en la puerta, con recorridos tan famosos como la "Tropezón", "Colón Oriente", "Conavit" o la "Intercomunal 7-B". ¡Qué tiempos aquellos!

Los usuarios son capaces de gastar entre dos gambas y lucrecia por carrera. En promedio, se suben a las piratelis tres veces a la semana. El pedazo de la torta que se llevan al buche es tan grande que es imposible de cuantificar.

Sergio Becerra, decano de la Facultad de Ingeniería de la UBO, explicó que la gente es súper desconfiada a la hora de tomar cromi. Cuando llegaron las amarillas se llenó de tránsfugas que ofrecían el camino viejo.

"El Transantiago debiera aprender la eficiencia de los piratas en el entramado de red. Los recorridos no se pueden planear desde la oficina", verseó el académico.

Claudio Sanz S.