Utilizando 386 mil 886 piezas de los coloridos bloques tricolores se dio vida a una bandera que llega a flamear con sus 800 kilos de peso, que hace lagrimear a cualquier chileno con sus 6 metros de largo, 4 de alto y 2 de profundidad.

La genialidad de construir una bandera de puros legos fue obra de los caperuzos hermanos Campos: Pablo, Esteban y Héctor, que ya antes de aprender a decir papá estaban calzando piezas.

“Tenemos más de 200 sets de Legos y 2 mil figuritas”, dijo de entradita Héctor Campos, de 24 pepas, quien nos largó que gracias a un concurso que ganaron armando una ciudad de Legos es que llegaron a este proyecto.

“Al ganar el encuentro me preguntaron si nos atrevíamos a armar una bandera gigante, a lo que dijimos sí a coro con mis hermanos”, ensambló Tito.

La movida que integró a la familia y fundamentalmente a los niños con este mundo, buscaba mostrar que el diseño está en todas las cosas.

“Acá vinieron más de 20 mil personas y todos querían participar poniendo aunque fuera un bloque”, detalla Esteban, el menor de la dinastía del encaje.

Para los hermanos Campos armar una bandera de estas dimensiones y ver a tanta gente interesada con su obra los hace soñar.

“Nos gustaría que esta bandera fuera intinerante y que muchas otras personas pudieran ayudar a armarla en muchas ciudades a lo largo de Chile”, comentó ilusionado el clan Campos.

En la titánica tarea que comenzó el sábado 5 de enero y terminó ayer, los muchachos fueron abordados por muchos extranjeros que quedaron encantados con la obra.

“Nos preguntaron si hacíamos cursos o si queríamos armar esculturas en otros países”, remacharon.