Historias de las rivalidades entre ciudades chilenas

Nadie puede negar que Chile es tierra de contrastes. De norte a sur somos totalmente diferentes. Pero en este calcetín de tierra, la gente es una sola: bacán de tomo y lomo.

Sin embargo, esas similitudes llevan muchas veces a conflictos. “Somos animales territoriales que naturalmente detestamos al vecino. En segundo lugar, buscamos alguna razón, por estúpida que sea, para apoyar ese atavismo”, explica el escritor Jorge Baradit.

La Cuarta hizo una radiografía por todas las regiones del país y le sacó el rollo a las rivalidades más populares. Estas son sus historias.

Arica vs. Iquique

Del fin de la Guerra del Pacífico que se miran feo. Ambas ciudades fueron anexadas a Chile y, en su afán por demostrar su superioridad en lo económico, sacaron las garras y se empezaron a tener mala onda. “Cuando Arica estuvo bien con el puerto libre, a Iquique le fue mal y viceversa”, sapeó el apóstol Cristián Ramírez, estudioso del tema.

La rivalidad se trasladó a lo deportivo y Balmores Fajardo, locutor de radio e iquiqueño de corazón, dice que su ciudad “tiene más representatividad que Arica por los campeones que tenemos”.

Mientras que Kurt Carrera, el “Cajarito” Tutu Tutu, le baja en cierto modo el perfil. “Ambas ciudades son lindas, pero los ariqueños celebramos un triunfo y los iquiqueños una derrota”.

Castro vs. Ancud

Todo nace en el siglo XVII. Ancud era un poblado indígena y Castro era un centro de abastecimiento español. Los aborígenes no les aguantaron grupo e incendiaron el poblado de los colonizadores en dos oportunidades.

Con el paso de los siglos, diferentes hechos acentuaron la enemistad y Rodrigo Urbina, en su libro “Castro, castreños y chilotes”, narra un hecho en particular: la puesta en el aire de radio “Puleto”, la primera de la isla. Y estaba en Ancud. Esto fue un gol de media cancha en la rivalidad.

Eso sí, Castro se sacó todos los balazos en 1982, cuando agarró el título de capital provincial.

Con el paso de los siglos, esa enemistad se traspasó a lo deportivo. En el fútbol roncaron siempre los castreños, mientras que en el básquetbol los ancudianos le daban la papa y sacaban los flatitos a sus vecinos de la isla.

Valdivia vs. Osorno

No existe momento puntual donde se inicie la rivalidad. Lo cierto es que sus ciudadanos no se tragan y de ambos bandos reclaman tener la ciudad más bella del sur y por eso se tiran mala onda sin cuartel.

“Valdivia es una ciudad más intelectual y Osorno más ganadera, pero ambas se complementan”, sopló el historiador Ricardo Molina, de la U. Austral.

Cristián “Chico” Pérez es valdiviano hasta la médula y cree que esta enemistad se debe más a lo deportivo, por el básquetbol, y respecto a lo estético señaló que “Valdivia es mucho más linda”.

Talca vs. Curicó

Vecinos y rivales desde la época de la colonia. Talca se fundó en 1742 y un año después empezaron los problemas con el nacimiento de Curicó, porque éstos le restaban ingresos a los piducanos. Décadas posteriores, ambas localidades estarían enfrentadas por dramas territoriales, según narró el historiador Patricio de los Reyes.

Para Pancho Saavedra, curicano de corazón, la rivalidad siempre existió y no le gusta. “Me ha tocado estar en la vendimia, presento a las ciudades vecinas y todos aplauden, pero digo Talca y puras pifias”, contó.

Coquimbo vs. La Serena

No hay fecha exacta de la rivalidad entre Coquimbo y La Serena. Lo único claro es que todo partió por un vacilón al término de clases. “Los alumnos del puerto salían 15 minutos antes para abordar el tren local que los transportaba a sus hogares. Y con envidia los serenenses les gritaban ‘machuelos’, mientras que los piratas se burlaban y les respondían ‘¡comesantos!’”, sopló el historiador Pedro Godoy.

Para Ángel Núñez, voz de Los Vikings 5, la rivalidad va más allá por el lado futbolero. “Los coquimbanos somos orgullosos con nuestro equipo. Además, tenemos La Pampilla, los mariscos y las mejores playas de la Cuarta Región” infló el pecho.

Por su parte, Roberto Dueñas asegura que ambas ciudades son casi una sola, porque uno no se da ni cuenta cuando entra en una y sale de la otra. Eso sí, “las mujeres más lindas están en La Serena”.

Valparaíso vs. Viña del Mar

La rivalidad entre ambas ciudades es bien simple: comenzó cuando la gente más adinerada de la zona decidió echarse a volar unos kilómetros más al norte y diferenciarse del porteño, pescador popular y obrero.

“Entre estas ciudades lo que prima es su origen de clase: un Valparaíso portuario y obrero que contrasta sin duda con un balneario que nace como lugar de retiro para familias aristócratas”, sapeó el escritor porteño Jorge Baradit.

Mientras que la periodista viñamarina Carola Bretahuer sostuvo que la rivalidad se ve a un nivel más ondero. “Creo que muchos viñamarinos nos sentimos porteños por una cosa de identidad. El porteño tiene identidad propia. El viñamarino está demasiado invadido por afuerinos”, dijo.

Con el paso del tiempo, esta rivalidad se trasladó a lo deportivo y el fútbol es el fiel reflejo de ello con los duelos entre Santiago Wanderers y Everton.

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