Crónica

Huasamaco cochino irá a juicio por rodarle el hilo a chanchita

Una querella por el delito de maltrato y crueldad con animales, previsto en el artículo 291 bis del Código Penal, presentó ante el Tribunal de Garantía de Chillán  el abogado de la Coalición por el Control Ético de la Fauna Urbana (CEFU), Pablo Peñaloza Torres.

El dardo va dirigido contra un huasamaco identificado como E.V.V. (72), alias "Eudigis", quien fue sorprendido cuando violaba a una tierna cerdita  llamada "Lulú", propiedad de su suegra, en un chiquero de la localidad de Oro Verde, 8 kilómetros al poniente de Chillán.

El mediero fue detenido por Carabineros, pero el fiscal Eduardo Plack no encontró cómo calificar el delito, ya que la pequeña Lulú no sufrió lesiones serias. Según los lugareños sólo presentaba "chupones", en el cuello y  mordidas en la tetamenta. Tampoco se le puede juzgar por ofensas a la moral y a las buenas costumbres, porque la violación -consentida según el inculpado-, no se perpetró en un lugar público.

"La querella es precisamente para aclarar y definir el delito. En este caso el maltrato o crueldad se incurre desde el momento en que se utiliza al animal para tener relaciones sexuales. El Código Penal al tipificarlo cumple un fin social, que tiene por objeto reprimir ciertas conductas en las personas, conductas que provocan el reproche público por la indolencia hacia seres vivos sensibles. Y como ha  dicho la doctrina, generan en las almas humanas sentimientos groseros de impiedad,que pronto volcarán sobre sus semejantes", explicó el abogado a La Cuarta, asilo permanente de cachorritas en riesgo sexual.

En buen chileno, lo que  sostiene Peñaloza es que si un sujeto prefiere una gallina  o un cerdo en la cama antes que en una cazuela o convertido en arrollado de huaso, es un peligro público porque  mañana puede violar a un niño.

"Eudigis" fue descubierto cuando bajo la amenaza de convertirla en longanizas si oponía resistencia, la tenía pernil al hombro y le musitaba al oído ¿De quién es esta chuletita, tan rica, ah?

"Se encaprichó con la Lulú porque le quemamos la banca que usaba para tirarse a la yegua Carmela, y le  prohibimos acercarse a la vaca para  que no se nos pusiera celoso el toro", dijo al diario un miembro de la familia afectada.

Manuel Vega O.

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