Inspector le midió el punto bola oral a su alumno

"De los arrepentidos es el Reino de los Cielos", reza una sabia cita bíblica. "Soldado que arranca sirve para otra guerra", argumenta otra frase, un poco más mundana.
Inspirado en estas máximas universales, un alumno del Instituto Comercial Marítimo Pacífico Sur de San Antonio, en la Región de Valparaíso, quiso resarcir su honor y denunció ante la policía al inspector de su colegio por abuso sexual.
Aparentemente el encuentro íntimo habría sido consentido, pero el peso de la culpa y las fogosas pesadillas que atribularon al cabro, de 15 pepinos, lo obligaron a desembuchar el ardiente desliz.
Sin embargo, el denunciado inspector contraatacó con otra acusación y alegó que su educando le peló cosas de su palecete y nidito de amor.
¡UF!
Corría el regado fin de semana dieciochero cuando el escolar y el paradocente acordaron entre brindis una osada apuesta en un local de pool de Cartagena. El menor habría accedido al ofrecimiento del degenereque, quien le propuso un alto precio por echar las bolas en las canastas.
El indecente tentó al noble e ingenuo muchacho con un retorcido trato: El perdedor le practicaría sexo oral al ganador.
A los pocos minutos del cochino pacto las esferas caían una a una en las buchacas, y se deslizaban libidinosas por el suave y delicado paño verde.
La pericia y destreza del pingüino, quien manejaba el taco con propiedad, sumado al apetito voraz del inspector, dieron como ganador al estudiante.
El adulto, de 44 primaveras, no se hizo de rogar y pagó con entusiasmo su deuda de juego. "Un trato es un trato", sentenció hidalgamente, aunque tenía la boca llena.
Tras la arriesgada mesita de pool, los tórtolos se echaron a volar, y por el momento solo juegan dominó, para no tentarse.
El director del colegio explicó a La Cuarta que el inspector sólo realizó un reemplazo en el establecimiento y hace semanas que no trabaja ahí.
El entuerto lo resolverá la Fiscalía de San Antonio.
Imperdibles
Lo último
21:13
19:58
19:56
19:07
18:10












