Jesús Riquelme (30) lleva más de 12 años llenando con corvinas y lenguados la caleta de Matanzas, en la región de O´Higgins.

Son cientos de estos peces brillositos, los que todas las mañanas sale a buscar a la mar para multiplicarlos en la boca de sus clientes que le hacen chupete.

"Parece que el mar se paleteó con nosotros, ya que las corvinas están para sacarlas con la mano, ya que estas vienen siguiendo a las sardinas y los jurelillos que llegaron hasta la orilla, gracias al agua tibiecita que está pasando", arponeó Jesús.

El caporal de la pesca quiere con el alma su trabajo, ya que a las 6 de la matina en punto, sale en su bote "Hassir" rumbo a mar abierto, hasta la vuelta, tipo 11 de la mañana.

Pero no todo es bueno en la pesca alegó Jesús “ya que hay días que tení suerte, y otros en que colai pura agua”.

Para Jesús la llegada de los surfistas al sector, ha sido una bendición "ya que llega gente de todos lados a comprar y siempre se llevan sus recuerdos: kilos de lenguado fresco o los más golosos sus choritos maltones", fileteó.

Por su litro, José "Coyoyita" Machuca (70) no se cansa de sacar piures en los roqueríos del "chorro de la vieja", junto a su compadre José Pereira (80) que le pega en la pera en los veranos, y le ayuda a sacar el rojito producto para pasar la tarde.

"El piure es la frutilla del mar, cura el asma, el bofe y a los malos para la cama", dateó a la barra "Coyoyita", quién dio la receta para que nunca le falle la herramienta.

"Lo muele con el tenedor despacito y le va poniendo limón gota a gota, se lo toma  en ayuno con un chorrito de vino blanco y anda como tosca el resto del día", soltó.

El socito vende la botella de 2 litros a 4 lucas, para caldillos y pailas marinas.