A las cuatro de la madrugada Carolina Salazar Sáez (23) conducía por calle Santo Domingo en dirección al poniente, cuando se pasó una luz roja en la intersección de Manuel Rodríguez y chocó a un furgón policial de la Tercera Comisaría de Santiago.

Luego del chancacazo, el vehículo particular terminó haciendo bolsa el quiosco de Gregorio Navarro, provocando daños que el dueño calculó en cinco millones.

Sin embargo, quienes la sacaron más pesada fueron el subteniente Gonzalo Fernández y el carabinero Moisés Silva, quienes resultaron con heridas de diversa consideración.

Este último, que conducía el furgón policial, fue quien se llevó la peor parte, pues  terminó con un tec y un corte en la cabeza, por lo que tuvo que ser trasladado en helicóptero al hospital institucional, mientras que Fernández resultó policontuso.

La responsable es una estudiante de fonoaudiología de la Universidad Autónoma, que manejaba sin licencia, y que según los resultados del alcotest, andaba manejando arriba del balón porque marcó 1,21 miligramos de copete por litro de sangre.

En la tarde la mujer pasó a control de detención, donde el juez determinó dejarla con firma mensual, arraigo nacional y dio un plazo de 60 días para investigar el hecho. Carolina Salazar se salvó del tejazo de la Ley Emilia porque las lesiones de las víctimas no eran tan graves.