Juan Esteban Rodríguez Besa es un próspero empresario talquino como tantos. Lo que lo hace diferente es que es el tatara tatara nieto del prócer de la patria Manuel Rodríguez Erdoíza.

El descendiente del guerrillero se la ha jugado durante largo tiempo para que exhumen el cadáver que está enterrado en el Cementerio General con el objeto de verificar ciento por ciento su identidad, pero en el camino se ha encontrado con más trabas que pasajero del Transantiago.

El chozno -así se denomina a los tatara tatara nietos- dijo a La Cuarta que hace un año pidieron la exhumación de su antepasado por motivos familiares y para cooperar con la historia, pero que la burocracia ha sido casi ridícula. "Lo pedimos al Seremi de Salud y negó la exhumación. Posteriormente apelamos a la Contraloría. Ahora usamos el derecho constitucional de apelar a la Corte de Apelaciones".

Para Juan Esteban, algunas medidas lindan con el delirio: "Por ejemplo, la norma de la autoridad sanitaria es para muertes recientes, pero Manuel Rodríguez murió hace 200 años. No tiene sentido, qué infección va a ver".

CARDOEN

Los descendientes del guerrillero indican que no hay total certeza de que los restos pertenezcan al prócer de la Independencia. La última exhumación formal se hizo en 1895, en Tiltil, y ahora existen muchos más recursos para realizar pericias.

"Con los nuevos adelantos se podría saber cómo murió, por ejemplo. A mí me gustaría que fuera trasladado al Museo de Santa Cruz, de la Fundación Cardoen, y que fuera recordado como un hombre de Estado y un héroe de todos los chilenos, sin colores políticos".