Crónica

Julia quedó con ganas de echar la foca en caso tsunami

"Se comportaron como ratas, no fueron capaces de dar la cara, se arrancaron como unos cobardes", alegó indignada la dueña de casa Julia Rojas (52), quien quería encarar a las ex autoridades de la Onemi y la Subsecretaría del Interior por la fallida alerta de tsunami.

En el cuarto y último día de formalización de cargos contra los 8 imputados por el cuasidelito de homicidio de los 156 fallecidos y 25 desaparecidos víctimas del maremoto del 27F, la dolida mujer hizo guardia todo el día en tribunales para echarles la foca a quienes considera responsables de la muerte de su hijo.

"Vengo a desearle feliz Día de la Madre a la señora Carmen Fernández. Y al señor Patricio Rosende a decirle que sea un poquito menos soberbio", explicó Julia.

"Rosende en la audiencia hace mil tics para que vean que está preocupado, pero afuera dice no, es que tenemos la conciencia tranquila. Si no tiene ni conciencia, de qué conciencia me hablan", pataleó furiosa.

El ingeniero Claudio Ponce Rojas (31), mayor de los tres hijos de la ex secretaria, perdió la vida el 27 de febrero de 2010 mientras acampaba junto a su polola en la playa de Puertecillo, en la Región de O'Higgins, cuando las olas destruyeron su vehículo.

Según contó Julia, tras el fuerte sismo la pareja escuchó por la radio de su todoterreno que no había alerta de tsunami, pero de pronto el mar enfurecido los atacó. De milagro la novia de Ponce se salvó abrazada a un pino.

"Vengo a mostrarles en su cara el tremendo error que se mandaron por tener gente inepta", se quejó la dueña de casa, de la Villa Las Dunas, en San Antonio.

Pese a su paciente espera en el frontis del Centro de Justicia de Santiago, Julia se quedó con las ganas de increpar a Fernández y Rosende, ya que al término de la audiencia abandonaron el recinto fondeados, por una puerta lateral.

Tras escuchar la extensa formulación de cargos del Ministerio Público y las alegaciones de los abogados defensores de Fernández, Rosende, y los otros 6 imputados, el juez Daniel Urrutia finalmente decretó la prohibición de salir del país de los acusados durante los 7 meses que durará la investigación.

Asimismo, el magistrado desechó la solicitud de prisión preventiva formulada por uno de los querellantes en el caso, por lo que todos los involucrados se fueron para la casa.

"Tenía el deber de venir por mi hijo, por el buen hijo que se me fue, por todos los hijos que se fueron. Decirle: señora Carmen, espero que en este Día de la Madre su hijo le dé varios besos, por todos los hijos que no están", indicó Julia.

"Detrás de las víctimas hay muchas familias que estamos enfermas. Yo me convertí en zombi, ese día yo me morí", sentenció.

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