Una noche antes de ser fusilado, Jorge del Carmen Valenzuela recibió en la Cárcel de Chillán la hostia de manos de su confesor, el capellán del recinto, padre Eloy Parra Irribarra (en la foto inferior). La víspera del 30 de abril de 1963 el "Chacal de Nahueltoro" supo que el indulto presidencial no llegaría jamás.

El curita Parra, de 23 años en ese tiempo, asistió al "Canaca" durante los tres años que duró el proceso. El hoy anciano sacerdote, que descansa en la localidad de San Carlos, atendido por las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón, logró traspasar los valores cristianos al asesino de su conviviente y los cinco hijos de la mujer, antes de pagar con su vida bajo la pena capital.

"Él fue muy grande. Muy hombre para enfrentar el pelotón de fusilamiento. Aceptó la muerte porque al entender la vida logró tener fe".

El sacerdote sabe del tema. Es por eso que a propósito de la indignación y la profunda rabia que ha generado el crimen de la pitufita de Valpo, Francisca Silva Benavides, que decidió hablar con La Cuarta.

"Vivir una pena de muerte es una situación horrible. Hoy, en referencia al caso de Panchita, hay que tener calma. Comprendo el dolor terrible de la familia, pero no se debe dar la muerte a una persona porque se cae en un pecado igual al que asesinó primero", señaló.

Parra agrega que "al que mata hay que darle a conocer lo que es la vida. El valor de lo que él arrebató. La oportunidad de que se arrepienta".

DIFERENCIA

La barra al parecer piensa distinto. Una encuesta publicada por el diario pop en www.lacuarta.cl recogió 13 mil 356 opiniones sobre qué hacer con la pena capital. El 53,6 por ciento la aprueba, pero sólo para casos de violación y homicidio. Mientras que el 34,3 por ciento de los votelis es más radical y pide la pena de muerte para todos los delincuentes. Sólo un 12 por ciento cree que no se debe reinstalar.

Para el abogado penalista Alfredo Morgado, el blablá sobre la pena de muerte "es liviana porque la discusión ya está zanjada". El profesional se refiere a que el año 2001, durante el gobierno de Ricardo Lagos, se firmó el decreto que dio filo a la pena de muerte tras 126 años de presencia de este castigo en el Código Penal chilensis. La medida, que fue reemplazada por la pena de cadena perpetua simple (beneficios luego de 20 años) y calificada (40 años efectivos), fue ratificada en el Tratado Internacional de Costa Rica.

"Independiente del hecho, hay un compromiso adquirido como país de abolir la pena de muerte y no puede ser reimplantada. Pero no hay limitaciones para poder instaurar, eso sí, una cadena perpetua efectiva sin posibilidad de libertad condicional. Es decir, cárcel para el resto de vida", señaló el abogado.

SOLE ALVEAR: "ESTADO NO PUEDE MATAR..."

La senadora Soledad Alvear se considera "partidaria del derecho a la vida, contraria al aborto y por eso también a la pena de muerte, porque la vida es un valor superior".

Pese a que la honorable de la Democracia Cristiana considera este crimen como una brutalidad, "no es conveniente legislar en caliente".

Cree que la pena de muerte no es disuasiva: "La pena no es disuasiva, porque los infames no piensan en eso al actuar".

Cuando fue ministra de Justicia se dio cuenta que la pena de 40 años es horrorosa: "Algunos condenados decían que preferían morir". Está de acuerdo en conversar sobre la perpetua efectiva, "pero el Estado no puede matar a una persona para decir que es malo matar".

LILY PÉREZ: "SEGUIRÁN VIVITOS Y COLEANDO"

La actual diputada Lily Pérez, ejercía como parlamentaria el año 2001 cuando se derogó la pena capital. En ese momento la honorable de Renovación Nacional señaló: "Para los delitos como violación con homicidio era importante que se hubiese mantenido este castigo, ya que probadamente aquellos que han cometido este delito siempre han vuelto a hacerlo".

Pérez dice estar con "pena y rabia" por el asesinato de Francisca a manos de Juan Saavedra, quien la habría violado y lanzado viva al mar en un bolso, según la fiscalía: "Como mujer y mamá siento que es terrible esta violación con homicidio".

La senadora presentó el jueves pasado un proyecto con la diputada Carla Rubilar para que la cadena perpetua calificada "sea realmente perpetua, porque todos los criminales saben que van a seguir vivitos y coleando, como dijo el asesino Cupertino Andaur, tranquilo desde la cárcel".

Ronald Henríquez M.