"La Camela" cambió feroces peleas por cartas

"Antes de contar con el beneficio dominical, estaba en el barretón, como se dice acá al lugar más peludo, y peleaba con cuchillos; era un natre, pero ahora soy una persona nueva", contó la reclusa Marta Segovia en la ceremonia que selló ayer un convenio entre el servicio penitenciario y el Instituto Nacional de Derechos Humanos .
"La Camela", como es conocida en la cana, es una de las 700 internas del Centro Penitenciario Femenino beneficiadas con un acordeón que enfatiza el respeto de los Derechos Humanos al interior de las cárceles.
Gracias al convenio, Marta entró al programa de Competencias Sociales para Mujeres, donde labura como cartera y además participa en los festivales de canto.
"Dejé el piño, los atados, y decidí andar por el camino derecho. Gracias a Gendarmería ahora cumplí mi sueño de cantar. Mi ejemplo hizo que otras reas quieran cambiar y quieran aprender alguna pega", contó Marta, quien en 5 meses quedará en libertad y pretende dedicarse a la música.
El director de Gendarmería, Luis Masferrer, afirmó que "se están dando pasos sustantivos para mejorar las condiciones de dignidad de las personas privadas de libertad".
Gracias al acuerdo, realizarán talleres y seminarios con el fin de mejorar la formación valórica de los aspirantes a gendarmes.
"El trabajo penitenciario del futuro tiene que tener un fuerte componente valórico que contribuya no sólo a la custodia de la población penal, sino que también a la reinserción", señaló el caporal de Justicia, Teodoro Ribera.
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