Lo que hasta hace unos años era un plácido lugar de veraneo, que cada temporada atraía miles de visitantes para practicar deportes acuáticos como kayak o velerismo, es un recuerdo del pasado. Los mismos vecinos de la Laguna Aculeo no dejan de repetir que la sequía más grande en la historia de Paine terminó con el atractivo turístico.

Héctor Rivas (52) lleva más de 27 años al borde la laguna y recuerda como todo se fue secando poco a poco.

El hombre cuida una antigua casa de veraneo que hasta hace tres años era visitada por sus dueños. Pero, al igual que los otros vecinos, la mayoría decidió abandonar el sector.

"No vienen porque les da pena. Es difícil ver esta postal teniendo recuerdos de pescar por la mañana donde ahora no hay nada, andar en lancha, era otra cosa", explicó con tristeza.

Gotas de esperanza

La complicada situación de los paininos comenzó a mejorar de a poco, con las últimas lluvias. Dos frentes de gran magnitud que afectaron la zona central durante la semana pasada, contribuyeron aún más. En total, más de 101 mm. de agua caída fueron directamente a luchar contra la sequía de la cuenca.

"Estamos muy contentos por el enorme aporte que significó la última lluvia, con esto aumentó en 30% el caudal total de la laguna Aculeo y esperamos que siga creciendo", señaló Diego Vergara, alcalde de Paine.

Claro que aún no cantan victoria. "Aún seguimos con un déficit en la cantidad de agua caída, de hecho en los últimos ocho años sólo hemos tenido dos con lluvias normales", complementó.

A Héctor Rivas las lluvias le trajeron alegría, ya que ha podido ver, como nunca, cómo la laguna aumenta su caudal de a poco. "Ahora sólo falta otra lluvia así de fuerte para esta semana y estamos", señaló.

Guerra por el agua

Pero algo más se esconde bajo el agua de la Laguna Aculeo. Una pelea intestina entre los residentes que moran la orilla de la cuenca y los agricultores de la zona.

Mientras los primeros acusan a los segundos de mal utilizar los recursos hídricos y ser los principales responsables de que Aculeo se secara, los agricultores cuentan que ellos viven el lado más duro de la sequía.

Jorge Cornejo (60) nació en la misma tierra que hoy trabaja, es agricultor del fundo La Aguachera y ha dedicado toda su vida al cultivo de papas, cebollas, choclo y la mítica sandía de Paine.

Hoy comenta estar cansado de pelear por sobrevivir, si antes cosechaba 30 hectáreas por temporada, en la actualidad sólo produce cinco. De hecho, ha visto como sus familiares se han ido del sector para dedicarse a trabajos tradicionales, como conducir colectivos.

Para Cornejo la disputa no tiene comparación, pues tal como él mismo lo dice "mientras ellos reclaman porque no pueden echar al agua sus lanchas, los agricultores lo hacemos por un tema de subsistencia".

"Si antes había 100 familias agricultoras, ya van quedando menos de 20", agregó el trabajador de la tierra, que sólo cuenta con un turno semanal de riego.

Pese a la dura pelea, Jorge Cornejo está decidido a luchar contra la sequía. El hombre que ha criado tres hijos y tiene ocho nietos en la zona, se unió a otros 9 agricultores, motivados por el alcalde, subieron por el estero Pintué hasta el Paso Godoy, para re encauzar el principal brazo que alimenta el lago, lo que permitió que a las pocas horas comenzara a llenarse.