Cuando la pandemia les enseñó a la Fran, la Val y la Feña que tenían mucha ropa que ya no usaban, la ampolleta se les prendió como una locura automática y que después de la juguera dio vida a "Fuemiocl", más que una pyme una verdadera cruzada para que las pilchas nunca pasen de moda.

"La idea no es nueva, porque hay mucha gente que vende ropa", cuenta Fernanda Poblete, la relacionadora pública del grupo. "Pero la idea acá es cobrar una comisión razonable, que generalmente no supera los 1.500 pesos", agrega la única de las amiguis que vive en Santiago, pues sus colegas de letras hacen patria por el periodismo en Concepción.

La distancia, eso sí, no impide que la magia fluya para que mujeres de cualquier parte del país las busquen para vender su ropa. "Somos las intermediarias y esto más que un negocio es una pega altruista, que ayuda a reciclar para no contaminar", explica Fernanda, que recalca que las prendas pasan por la prueba de la blancura.

"A las niñas les pedimos que les saquen fotos a sus ropas por delante, por atrás, a los cierres y con luz de día", cuenta el sistema que ya se quisieran en las tiendas grandes, pues toda emprendedora de esta manera ingresa a un Excel en el que todo está mega detallado.

Más encima, para el reparto, que lo hacen a todo el país, en "Fuemiocl" ocupan a las mismas pymes de entrega que otras colegas han ideado.

"Se ha construido un círculo virtuoso y lo mejor es que es ropa buena, linda, que se entrega lavada y planchada", cuenta la Fran, siempre a la moda.

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La moda es siempre circular en @fuemiocl

Toda la ropa de mujer que quiera vender y comprar lo puede hacer a través de la pyme de Fer, Fran y Val.