Para gran parte de las parejas la llegada de un hijo es un momento muy esperado, lleno de profunda alegría que viene a complementar su vida. Esta era la situación de la tailandesa Pranaiya Oulapathorn y su esposo Hamish Magoffin, quienes en marzo del 2021 recibieron a su primer hijo, Arthur.

A pesar de la larga espera en medio de una pandemia y de ser padres primerizos, las primeras semanas con el nuevo bebé transcurrieron con total normalidad para la pareja, hasta que poco a poco Pranaiya de 37 años comenzó a presentar los primeros síntomas de ansiedad, producto de la maternidad y los desafíos de esta.

De acuerdo al relato de su esposo, Pranaiya estaba acostumbrada a mantener su vida bajo control, por lo que la incertidumbre de ciertos aspectos de la maternidad comenzaron a afectar su salud mental. Entre estos se encontraba el no poder amamantar a su hijo, “se obsesionó con esto y empezó a presionarse para intentar conseguir la mayor cantidad de leche materna posible”, explicó su esposo a CNN.

Para poder enfrentar esta situación, decidieron cambiar a la leche de fórmula, esperando que así podían mejorar las cosas en la casa pero ocurrió todo lo contrario. “Fue terrible. Su sueño se vino abajo, expresó Magoffin, explicando que en lugar de descansar, su esposa desarrolló insomnio”.

Un fatídico 1 de septiembre

Pranaiya pasó de ser una madre muy activa a no tener fuerzas para poder salir de la cama, sumado a esto, se vio consumida por una serie de pensamientos negativos que absorbieron toda su vida hasta que finalmente tomó una drástica decisión.

Fue un 1 de septiembre del 2021, cuando Pranaiya decidió acabar con su vida y con la de su hijo que estaba próximo a cumplir seis meses. Todo esto después de que los médicos le diagnosticaran depresión posparto. De acuerdo a los expertos, de la Organización Mundial de la Salud, esta enfermedad puede afectar a 1 de cada 10 mujeres en el mundo durante el primer año posterior al embarazo.

“No distingue entre la riqueza o si eres feliz y las cosas van bien. Se trata de cómo responde tu cuerpo a los cambios hormonales y a las predisposiciones que tiene tu cuerpo a (esos) cambios”, consigna el mismo medio.

La hermana de Pranaiya, Pong declaró que fue alrededor de los 4 meses posteriores al nacimiento de Arthur, que la mujer comenzó a experimentar con más fuerzas estos pensamiento negativos, expresando en más de una ocasión sus ganas de desaparecer, teniendo siempre el temor “de no ser una buena madre”.

Antidepresivos y terapia artística

Al momento de visitar un médico, la mujer pudo ser diagnosticada con una depresión severa, la cual fue tratada “con un antidepresivo en dosis altas, junto con terapia artística y tres sesiones de estimulación magnética transcraneal, una terapia no invasiva que utiliza impulsos eléctricos para estimular las partes del cerebro que se sabe que están afectadas en la depresión”.

Durante las dos primeras semanas de tratamiento fue respondiendo bien, pero seguía experimentando cansancio y pensamientos oscuros que la invadían constantemente. “Decía que quería desaparecer, que ya no podía hacer esto y que había fracasado como madre porque tenía estos pensamientos”, recuerda su esposo.

Para poder enfrentar un poco los síntomas de su depresión, su esposo la llevó hasta una localidad costera de Bangkok, donde pudo estar al aire libre, disfrutar tranquilamente sin tener que usar mascarillas, algo que al parecer la estaba ayudando.

“Fue un día muy feliz. La playa, llevar a Arthur, jugar en la arena y pasar un rato en la piscina y hacer todo ese tipo de cosas que nos hacían mucha ilusión”, explica su esposo, sobre la última vez que la vio con vida y feliz. A la mañana siguiente mientras él estaba en la ducha, Pranaiya decidió acabar con su vida y la de su hijo.

Casi un año después de su muerte, su esposo Hamish Magoffin se dedica a continuar con su legado, y tratar de generar conciencia sobre la depresión posparto, para que otras familias no pasen por lo mismo que pasó él.