El vuelco que sufrió la desaparición de Bastián Bravo a una semana de que sus padres hicieran la denuncia por presunta desgracia, hizo que de inmediato los funcionarios de la PDI vislumbraran que se trataría de un caso complejo.

Desde el principio, la desenfrenada ayuda y pesimismo de los padres llamó la atención de los especialistas en el tema.

Desde el minuto uno se pusieron en el peor de los escenarios, hablaban de secuestro, recorrían la ladera del San Cristóbal y su madre, incluso, prometió que cambiaría, mientras lloraba desconsolada.

Según contó a LaCuarta.com el comisario Óscar Bacovich, a cargo de la investigación, los elementos que reunía este caso lo ubican no sólo entre los trabajos de alta complejidad, sino que de aquellos que seguramente Chile recordarán por mucho rato.

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"Es de aquellas historias en que no sólo los antecedentes la van haciendo más engorrosa, sino también el aporte de la prensa que construye escenarios alrededor del desaparecido que muchas veces impiden que este aparezca voluntariamente", explica Bacovich.

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Desde el inicio de la investigación los padres del joven, que soñaba con ser biólogo marino, prestaron tanta colaboración que hasta tenían sus propias teorías de la desaparición del chiquillo y solos efectuaron una operación rastrillo en el Cerro San Cristóbal.

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A una semana de la denuncia por presunta desgracia la policía descubre pornografía e imágenes que daban cuenta de abuso sexual de los padres en contra de la hermana menor del joven de sólo 7 años. Una entrevista con la niña confirmó que había sido abusada toda su vida.

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La principal fuente de información, sus padres, dejan de tener todo tipo credibilidad. El último aporte de su madre fue que su hijo entró a su dormitorio de madrugada aquel 13 de noviembre del 2013 y que decía cosas sin sentido.

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Con el correr de los días y tras entrevistas a su entorno se descubrió que "Chulito" llevaba una vida atormentada, que de alguna forma lo habían vuelto hacia la iglesia buscando el consuelo. UN amigo, incluso, confesó que éste le había pedido ayuda para golpear a su padre.

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Los detalles de la relación con su madre, que aparentemente tenía una doble vida en las redes sociales y que profesaba idolatría por su hijo, dieron para largas horas televisivas que mantuvieron expectante a la población durante los 69 días que duró la búsqueda.

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La conveniente despedida del muchacho en su muro de Facebook con la canción de Nino Bravo, un Beso y una Flor es un antecedente que la sicóloga de la PDI, Margarita Rojo, nunca se tragó. Existía la sospecha que algo muy malo le había pasado al joven.

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Bastián era deportista y amaba su bicicleta. El 9 de diciembre el guardia de un predio de la cuesta Lo Prado de Pudahuel informó a la policía que había encontrado el medio de transporte del muchacho, además de un bolso que contenía su perfume, sus audífonos, y su biblia.

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Hace algunos días se descubrió que como muchos jóvenes Bastián tenía doble Facebook, nada especial. Lo raro es que después de desaparecido alguien cambió su contraseña.

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Las últimas teorías que surgieron tras el hallazgo de sus artículos personales fue que habría escapado de sus padres rumbo a la playa, se detuvo en el lugar y posiblemente habría sufrido un accidente.

También se habló de un suicidio basado en un supuesto delirio mesiánico que habría sufrido en los últimos meses que estuvo con vida.